Cuerpo de Chávez «se debió embalsamar de inmediato»

      Para preservar «para la eternidad» el cuerpo del presidente Chávez, su embalsamamiento debió empezar a 4 horas de su fallecimiento. No debió hacerse el maratónico traslado del féretro durante 7 horas bajo el picante sol de Caracas ni debió velarse en un salón en el que hace falta abanicarse para sentir fresco.

«Es imposible hacerlo ahora porque no puedes detener la destrucción de los tejidos», explicó el médico forense Enrique López Loyo.

El especialista señaló que ante la duda que planteó el presidente encargado Nicolás Maduro sobre la posibilidad de embalsamar el cuerpo, queda claro que el procedimiento al que se sometió al cadáver de Chávez fue una preparación sencilla para los funerales extendidos.

La sustitución de sangre por fijadores (formol al 10%) permite una conservación del cuerpo por unos 15 días, aseguró López Loyo. Después comenzarían a aparecer signos de descomposición: hinchazón y ampollas.

Cuerpos deteriorados por el cáncer, que aquejó a Chávez por casi 2 años, y que han sido sometidos a intervenciones quirúrgicas, son difíciles de embalsamar de forma perenne. Este procedimiento, que se remonta al antiguo Egipto, no se realiza en Venezuela. En los métodos tradicionales, se requiere al menos 45 días de trabajo. A los cuerpos debe hacérsele un mantenimiento semanal.

Aun preservados en formol, a los 6 meses los cuerpos comienzan a disecarse.  Además de aplicarse sustancias que eviten la aparición de hongos y microorganismos, estos cuerpos deben ser exhibidos en salas con temperaturas no mayores a los 5 grados centígrados, aislados, con un flujo de aire constante. «El clima tropical no favorece esta técnica», dijo.

López Loyo señaló que el embalsamamiento no impediría el análisis en una investigación forense para determinar las causas del fallecimiento, a menos que en la preparación se hayan utilizado sustancias diluyentes como alcoholes y fenoles. Con una muestra de ADN podría caracterizarse el tipo de cáncer que sufrió el Presidente.

Actualmente, existen dos técnicas modernas para embalsamar para la posteridad: la taxidérmica, que sólo conserva la piel del fallecido con la que se viste un molde del cuerpo, y la plastinación, en la que se emplean polímeros para plastificar el cadáver, como los que forman parte de la exposición Bodies, que el propio presidente Chávez calificó de «inmoral» en 2009, cuando fue instalada en el Sambil y clausurada por el Gobierno.

De los 11 líderes que han sido embalsamados en el mundo, sólo 3 (Lenin, Ho Chi Minh y Mao Zedong) resisten el paso del tiempo y los cambios de ideologías. Los restos de Jorge Dimitrov, líder de la Internacional Comunista, fueron sepultados en 1990 con la caída del comunismo en Bulgaria.

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