Italiana Schiavone, campeona en Roland Garros

Muy aguerrida, la italiana Francesca Schiavone (N.17) sorprendió y derrotó 6-4 y 7-6 (7/2) a la australiana Samantha Stosur (N.7), el sábado en la final de individuales femeninos del Abierto de tenis de Francia disputada en el court central Philippe Chatrier de Roland Garros.

Para la peninsular, inesperada vencedora de acuerdo a las trayectorias individuales en el torneo, se trata del primer título de un certamen del Grand Slam en toda su carrera, el primero de una tenista italiana y, también, es la más veterana en obtenerlo, con casi 30 años.

“¡Es el día más importante de mi vida! Samantha es una jugadora muy potente, pero yo jugué mucho más agresiva”, dijo la tenista de Milán tras el triunfo. “Yo siempre sueño, siempre he soñado con esto. Tengo confianza en mí misma, y tuve suerte. ¡Estoy muy feliz!”, añadiría.

“Me hubiera gustado ganar, pero cuando alguien te gana y además es una persona muy agradable y simpática dentro y fuera de la cancha, tienes que saber perder”, diría luego una resignada Stosur, con mucho ‘fair-play’.

Schiavone recibió el trofeo de manos de la franco-canadiense Mary Pierce, quien fuera una gran animadora del circuito femenino, tras lo que se escuchó el himno italiano.

“Preparé la final mental y tácticamente muy bien. Estaba muy concentrada e hice abstracción del entorno. Traté de ser agresiva, subí mucho a la red para presionarla y mantenerla en el fondo de la cancha, porque es una jugadora muy potente”, explicó la lombarda.

No hubo muy buen tenis durante el encuentro, pero la ganadora dio el toque emotivo y épico a su victoria.

En el primer set, Schiavone se mostró mucho más agresiva, mientras que Stosur más técnica, pero, ambas cometieron grandes errores en bolas fáciles, en particular la segunda en el noveno game en el que concedió el ‘break’ a la primera con una doble falta, 5-4 y la italiana con su saque.

Hasta entonces, la australiana había cometido 15 faltas directas contra 11 de su adversaria.

Con los ‘tifosi azzurri’ muy entregados a su causa desde las tribunas, la experimentada Schiavone, de casi 30 años, cuartofinalista en París en 2001, 18ª jugadora de la WTA, sexta a partir del lunes, logró ganar la primera manga por 6-4 en 40 minutos de juego.

“Son mi familia, alguna gente que trabaja conmigo, y mis amigos, que vinieron especialmente en diez horas en tren. ¡Fue algo fantástico!, señaló la italiana.

A pesar del entusiasmo de las tribunas, el partido no contemplaba para nada las expectativas de una final del Grand Slam. El ránking del circuito femenino es muy dinámico, dado que muchas veces las mejores jugadoras van quedando en el camino por problemas físicos y no de juego.

Stosur, de 26 años, semifinalista en el Abierto francés el año pasado, salió a jugar mucho más nerviosa en el segundo set y mantuvo con dificultades su servicio en el primer juego, tras lo que su nivel de juego mejoró un poco y logró el ansiado ‘break’ en 3-1 y con su servicio se puso 4-1.

Para entonces era la hinchada ‘aussie’ la que festejaba, numerosa pero más desperdigada que la peninsular. No obstante, el retruque de Schiavone en 4-3 abajo pero con su saque, la desanimó un poco.

Estas dos jugadoras se habían enfrentado antes en cinco ocasiones desde 2005 y la australiana dominaba claramente 4-1, tras jugar duelos sobre superficie dura (3) y arcilla (2).

La paridad se mantuvo en el segundo set, a veces llamaba la atención la facilidad con la que cerraban sus juegos y la dificultad para devolver, por lo que el ‘break’ se volvió una rareza, y así llegaron a 6-6 y la ‘muerte súbita’.

En el ‘tie-break’, la sorpresiva ganadora sacó toda la garra y se lo llevó después de 58 minutos de juego (1 hora y 38 minutos de partido), tras lo que dio rienda suelta a toda su emoción antes de la entrega del trofeo.

“No jugué tan mal, pero para ella sí fue su día. Simplemente me ganó. Sabía que iba a jugar agresiva. En las anteriores ocasiones en que jugamos fue al revés y yo gané. No me sorprendió, pero esta vez ella fue más agresiva, de lo contrario el resultado podría haber sido otro”, apostilló la australiana.