María Alejandra Malaver : Bloqueos vs. Democracia digital

Opinión-. Las Redes Sociales pasaron de ser una moda a transformarse en espacios para el debate, la difusión de ideas y, para la democratización real de los procesos de comunicación.

A través de las Redes Sociales los productos y marcas pueden conocer las opiniones de sus clientes, y pueden utilizar esta información para sus estrategias de marketing. Así mismo ocurre con el ámbito político y ciudadano.

Gracias a las Redes Sociales los ciudadanos pueden participar en un debate público, abierto y de gran alcance con relación al ejercicio administrativo de los gobernantes. Mediante estas plataformas cada ciudadano puede exteriorizar sus sentimientos, propuestas y necesidades.

Y, los gobernantes tienen que saber utilizar las Redes Sociales como canales de relación efectiva con la sociedad. Twitter, Instagram, Facebook, Whatsaap, entre muchas otras, no son simples medios para difundir las obras de gobierno, lo que también es válido, sino instrumentos para hacer de los gobiernos más abiertos, más transparentes y  más participativos.

En el caso venezolano, donde los medios tradicionales están cerrados, amordazados o intimidados por el régimen, las Redes Sociales sobresaltan como el mejor medio para romper la censura que reina en el país, y para darle visibilidad al ciudadano que lucha por su libertad.

El desgobierno venezolano silencia a los medios de comunicación, las estaciones de radio y canales de Tv por donde normalmente nos informábamos están cohibidos, diarios de circulación de años han dejado de circular,  las páginas webs están bloqueadas, esta realidad ha empujado al ciudadano a informarse y de opinar a través de las plataformas digitales.

Las Redes Sociales son vitales, siempre y cuando verifiquemos la información y no nos hagamos eco de informaciones falsas, son herramientas que deben ser empleadas para el protagonismo del ciudadano, y para que los buenos gobernantes puedan escuchar las voces de sus electores.

De acuerdo con las tendencias modernas, la democracia no sólo se expresa en los procesos electorales, sino que una democracia sana se pondera mediante los medios que utilice para darle mayor protagonismo, fuerza y poder a los ciudadanos.

Ahora bien, si un gobierno municipal no posee una página web oficial para dar a conocer cada una de las acciones, iniciativas, procesos y mecanismos de gobierno aplicados, aún le quedan las herramientas digitales, como las Redes Sociales, para oír a los ciudadanos.

Para garantizar efectividad en la participación, los funcionarios deben tener claro que como figuras públicas están siempre bajo el juicio ciudadano.

Un alcalde o concejal, un gobernador o diputado, e incluso un presidente no pueden optar por ignorar la voz de los ciudadanos mediante canales de comunicación como las Redes Sociales.

Por ejemplo, en mi calidad de dirigente vecinal, exconcejal y dirigente gremial, suelo opinar sobre los temas que me involucran como vecina de Lechería, esto ha ocasionado una política inmadura e infantil de aquellos que tienen el poder en la localidad.

El alcalde de Lechería y la concejal Mariana Soto, tomaron la decisión de bloquearme de sus redes sociales, tal vez porque cometí, para ellos el “delito”, de dar libremente mi opinión como ciudadana.

Este gesto de intolerancia, es una pequeña muestra que una cosa es hablar de democracia y otra distinta es actuar como demócratas.

Los funcionarios públicos deben no sólo aceptar las críticas, opiniones, sugerencias, y peticiones que la ciudadanía le formula a través de estos canales de comunicación digitales, sino que deben fomentar que más personas se activen en los diversos temas de interés común en las ciudades.

Bloquear a la disidencia es una cuestión de dictaduras; los demócratas deberíamos escuchar más las críticas que los halagos, porque con los primeros crecemos y con los segundos nos paralizamos y endiosamos.