Iglesias se refería así a la noticia publicada por un medio estadounidense y reproducida en otros países sobre un supuesto embarazo de Kournikova.
El artirta aterrizó anoche en Sofía, Bulgaria, y se desplazó luego a la suite presidencial de un hotel de lujo.
La prensa local reveló detalles sobre las exigencias del cantante tanto sobre su alojamiento como sobre el escenario donde actuará ante 30 mil personas.
Según los medios, solicitó muebles en estilo barroco y rococó, que cada cinco horas le sirvan comida y una cocina móvil entre bastidores durante el recital.
Fuentes de la organización del espectáculo revelaron que el ganador de premios como el Grammy también pidió miel y diferentes tipos de carne, frutas y verduras.
Horas antes de aparecer ante el público búlgaro, Iglesias declaró a la cadena bTV que no se considera una estrella y que tiene una vida muy normal.
«Me siento como un niño, pequeño y tonto, y no como una estrella. Amo la música«, declaró el intérprete de Bailamos, quien insistió en que la música ocupa el 80 por ciento de su corazón.