20 años de gozadera en dos horas

   Caracas.- Es cierto, dos décadas de música no pueden condensarse en dos horas, pero Los Amigos Invisibles casi lo lograron este jueves en el Anfiteatro de Sambil donde celebraron sus veinte años de carrera.

A las 7:30 de la noche el grupo Los Mesoneros todavía probaban sonido y a las 8:00 de la noche volvieron a la tarima, esta vez con sus flux fluorescentes, para su presentación como teloneros de los cumpleañeros.

Para el momento aún habían muchos asientos vacíos en el recinto, quizás porque algunas personas aprovechaban sus entradas para el meet & greet con los invisibles en su camerino. Los Mesoneros luego de cinco temas, una presentación impecable y un cierre con su tema No puedes ver dejaron el escenario.

A las 8:56 de la noche el sexteto salió a la tarima. Un panel de colores ubicado en el centro del escenario iluminó a los presentes, a continuación César Miguel Rondón presentó a cada integrante mientras el panel de luces subía y comenzaba a sonar el funk.

«Gracias por estar aquí, a gozar», dijo Julio Briceño. Qué Rico y Sexy abrieron la noche de fiesta nada invisible. El público coreaba hasta las notas del teclado de Armando Figueredo y los punteos de la guitarra de Cheo Pardo.

Jorge Spiteri subió a la tarima para hacer el tema Amor, versionada por el sexteto en el disco Arepa 3000.

El trío de metales liderado por el trompetista «Chipi» Chacón también fueron invitados a tarima. «Gracias por venir aquí, muchísimos panas. Estábamos asustados de volver. Los 18 años parecieran que hubiesen sido ayer, pero ahora perdí peso y estoy más calvo», apuntó Julio.

Yo no sé fue el primer tema «romántico» de la noche en el Anfiteatro que estaba repleto. La versión de Ibiza de Locomía, con abanicos de papel, encendió más el ambiente para dar paso a Mentiras.

El percusionista de Guaco, Vladimir Quintero, puso más sabor con los bongós en All day today.

La muy discotequera I gotta feeling abrió paso a En Cuatro, tema impelable en su repertorio y que el público coreó a la perfección junto a Mauricio Arcas. Cheo hizo el solo de Nothing else matters de Metallica, arrancando aplausos del público y sirviendo como introducción para la salsa Óyeme Nena donde Juan Manuel Roura cambió la batería por los timbales.

La salsa siguió con Esto es lo que hay y más de uno bailó en el medio metro cuadrado de su asiento.

Julio saltaba, Cheo movía frenéticamente su afro, Armandito hacía movimientos pélvicos contra su teclado, Maurimix se concentraba en sus tumbadoras, Mamel no dejaba de marcar el ritmo y Catire jugaba con su bajo mientras miraba desafiante a la audiencia.

Burundanga fue el tema netamente instrumental. Cursi de Desorden Público fue rapeada por Cheo, quien invitó al bajista José Chacín «Caplis», de la banda de ska, a tocar Ganas una versión de Sentimiento Muerto.

El legendario Colina, entro al escenario con Amándote y luego él junto con toda banda, público, camarógrafos, vendedores de perros calientes y luminitos, corearon a todo pulmón Si tu te vas.

Cuchi cuchi, Nada que decir no faltaron. Asier Cazalis y Miguel «Enano» de Caramelos de Cianuro, hicieron junto al sexteto El Martillo -Julio confundió la letra-. Como sabes tu y Ultrafunk inclinaron hacia el rock la descarga musical.

Mujer Policía y Plastic Woman siguieron, y luego Julio tuvo que jugar con la audiencia mientras cambiaban el Hithat de Mamel. Armandito llego al frente de la tarima con su teclado -hasta donde se lo permitió su cable- para un solo y Daniela, cantante de cuñas, hizo las veces -y hasta mejor- de Natalia Lafourcade en Viviré para ti.

Dulce, Disco anal, El Sobón siguieron para la despedida falsa. El público coreó «Orquídea, orquídea» y el sexteto regresó con una bandera de Venezuela y con una versión reducida (solo guitarra y voz) de Playa Azul. La Vecina y El Barro cerraron con todos en tarima, hasta técnicos, la noche de 20 años de rock, funk, electrónica, pop, salsa, merengue y pura gozadera de un solo grupo, Los Amigos Invisibles.