Así lo informaron este sábado las autoridades locales, que señalaron que las víctimas son 51 presos y tres agentes, reseñó la agencia Europa Press.
El director de Gendarmería, Luis Masferrer, explicó que los reclusos habrían impedido la evacuación de los heridos a causa de las llamas.
Señaló que los incidentes se trasladaron a la torre 3, donde los internos reclamaron la presencia de una juez.
Los efectivos de seguridad incautaron 200 estoques, varias armas blancas y 10 cilindros de gas preparados como lanzallamas.
Las autoridades han decidido trasladar a los 32 presos más peligros a otros centros, pese a que fueron aparentemente estos traslados los que motivaron el motín.
El pasado martes, 36 presos y siete gendarmes resultaron heridos como consecuencia de otro motín registrado en el Centro Penitenciario Masculino de Antofagasta, en la zona norte de Chile, donde el detonante de la revuelta fue la precaria condición habitacional del penal.
El 8 de diciembre otros 81 presos murieron a causa de un incendio registrado en la saturada cárcel de San Miguel, en la capital chilena.
El propio presidente Sebastián Piñera ha tenido que reconocer que el sistema penitenciario “no solamente es inhumano” sino que además “es un atentado a la calidad de vida y a la dignidad de todo el país”.
La Iglesia Católica sostuvo este sábado que las cárceles chilenas “son verdaderos tarros de basura”, en alusión al hacinamiento que sufren la mayoría de los recintos penales en el país.
El monseñor Alfonso Baeza aseveró que en los penales “las personas son tratadas como basura humana” y agregó que la mayor parte de la sociedad busca que los presos “se pudran en la cárcel, tal como sucede con la basura en un vertedero”.
Baeza jugo un papel importante en la tragedia ocurrida en la cárcel de San Miguel, donde concurrió y se desempeñó como mediador entre los familiares de los reclusos y las autoridades de Gendarmería.
“Las cárceles son peor que un campamento (villa miseria). Creo que el campamento más pobre de Chile tiene mejores condiciones de vida que nuestras cárceles, con la diferencia de que en el campamento se está libre”, subrayó el religioso.
Manifestó que no es posible que en las cárceles convivan presos de alta peligrosidad con jóvenes que fueron detenidos por la venta de películas piratas, al recordar a Bastián Arriagada, un joven de 20 años de edad, que murió calcinado y que estaba en prisión preventiva por ese ilícito.
“Los presos no son un campo interesante para la captación de votos para los políticos. Algunos ganan más popularidad apareciendo como muy duros frente a la delincuencia”, indicó Baeza.
Las cárceles de Chile tienen actualmente una población penal de unas 54.000 personas en una infraestructura con capacidad para unas 34.000.