Hablar de pobreza es considerar aspectos tangibles e intangibles pues los parámetros que determinan el estado social inevitablemente repercuten en el estado anímico de los individuos, sin embargo el establecimiento de una metodología con aceptación universal constituye un tema de discusión con aristas importantes.
En ocasiones anteriores ya se han considerado dos metodologías que dada su sencillez tiene un rango de aplicación bastante amplio, en primer lugar se considera pobre quien subsista con el equivalente a menos de dos Dólares americanos diarios, en segundo lugar considera en condición de pobreza a quienes posean deficiencia o ausencia de en una o más de las siguientes categorías: acceso a vivienda, acceso a educación, acceso a servicios básicos, seguridad social y estándar de vida.
Salir o entrar en condición de pobreza depende de dos escenarios, ya que puede partir de decisiones personales o por el efecto de las decisiones gubernamentales, pero en cada caso la lógica es la misma pues para elevar su estándar de vida o simplemente mejorar sus condiciones se requiere producir ya que esto posibilita cubrir las necesidades actuales e inmediatas, así como incrementar las posibilidades de financiar proyectos futuros. Igualmente importantes es diversificar la producción o inversión realizada pues de esa manera se minimizan los riesgos de caer en default o imposibilidad de cumplir con las obligaciones financieras que se tengan.
Ahora bien para el caso venezolano existen cuatro variables macroeconómicas que deben ser consideradas a la hora de analizar el funcionamiento del mercado, las mismas son el Producto Interno Bruto (PIB), la producción petrolera, el índice de inflación y la deuda externa; donde el ideal es que las dos primeras siempre deberían tender al alza y las dos últimas tender a la baja, es decir cada vez se debería producir más y nos deberíamos endeudar menos. Esto ¿Le parece lógico o ilógico?
Una vez entendido esto también es oportuno mencionar que en lo referente al PIB el año 2017 fue un 15 % menor que el del año anterior, igualmente se estima que el año 2018 cerrará 18 % menos que el del 2017; respecto a la Deuda Externa se estima que del año 2013 al 2017 se incrementó en casi 85.000 millones de Dólares.
Por otro lado se conoce que para el año 2018 la Inflación Acumulada se inició en 84,2 % y hasta el mes de octubre se calculaba en 287.623,9 %; de la misma manera se cree que la producción petrolera pasó de 2,5 millones de barriles en el año 2015 a 1 millón en el presente año, de los cuales solo 300.000 se consideran barriles efectivos (comercializados en el mercado internacional al precio del día).
Finalmente, se conoce que para el caso venezolano el índice de Pobreza (medido en % de habitantes) pasó de un 27,3 % en el año 2012 a un 87 % para el año 2017 y cuya previsión para el presente año parece tener la misma tendencia.
Por eso estimado lector solo un profundo cambio social puede ser capaz de revertir la tendencia de las variables antes consideradas las cuales se reflejan en los niveles de pobreza y que por lo tanto marcan el futuro a corto y mediano plazo de toda la sociedad.
Aníbal Araque|@econ_araque|Economista|Perito|Asesor
economia-integral@hotmail.com