Baltasar Garzón negó hoy ante el Tribunal Supremo que hubiera prevaricado o vulnerado la intimidad de varios de los procesados

   El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón negó hoy ante el Tribunal Supremo que hubiera prevaricado o vulnerado la intimidad de varios de los procesados en el caso de corrupción “Gürtel”, al ordenar intervenir las comunicaciones que mantuvieron en prisión esos imputados con sus abogados.

Garzón, titular del Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional, declaró este lunes por espacio de cuatro horas ante el magistrado Alberto Jorge Barreiro, que instruye la querella presentada por el abogado Ignacio Peláez, que representa al empresario José Luis Ulibarri, uno de los imputados del “caso Gürtel”.

Este caso de corrupción implica a altos cargos del opositor Partido Popular, entre ellos a su antiguo tesorero, Luis Bárcenas.

Garzón, el juez de mayor reconocimiento internacional por ordenar la detención del dictador chileno Augusto Pinochet, se negó a contestar a las preguntas de las acusaciones y sólo contestó a las del fiscal y a las de su abogado.

A su salida de la declaración, Peláez indicó a los medios de comunicación que el magistrado no supo dar explicaciones de la razón por la que no desglosó la intervención de las conversaciones que afectaban al derecho de defensa.

Peláez mostró su convencimiento de que Garzón ordenó las escuchas sabiendo que era injusto hacerlo y también de que la causa continuará adelante en el Tribunal Supremo ya que el juez de la Audiencia Nacional “no ha dado unas explicaciones muy convincentes”.

El letrado que presentó la querella, y que fue fiscal de la Audiencia Nacional, aseguró que le resulta difícil no haber tenido el respaldo del Colegio de Abogados de Madrid y haber tenido que tomar la iniciativa de querellarse en solitario “defendiendo la profesión de la abogacía”.

“Me hubiera gustado no haber sido yo el que tuviera que poner la querella, sino que hubiera sido el Colegio de Abogados de Madrid, pero desgraciadamente no ha sido así”, dijo Peláez.

Además de Peláez, están personados como acusación popular en la causa contra Garzón el presunto cerebro de la trama de corrupción del “caso Gürtel”, Francisco Correa, y su número dos, Pablo Crespo, a cuyos abogados tampoco quiso contestar el juez.

Peláez acusa al juez de presuntos delitos contra las garantías de la intimidad por haber ordenado las escuchas, que fueron declaradas ilícitas el pasado mes de marzo por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Esta corte consideró que Garzón, al ordenarlas, vulneró el derecho de defensa.

Esta fue la tercera vez que Garzón ha declarado ante el alto tribunal.

Ya lo hizo el 9 de septiembre de 2009 por la querella contra él planteada por sus investigaciones de los crímenes del franquismo y también el pasado 15 de abril por los cobros supuestamente recibidos del Banco Santander durante su estancia en la Universidad de Nueva York entre 2005 y 2006.

Cuando el magistrado llegó hoy a la sede del Tribunal Supremo, allí le esperaba un nutrido grupo de medios de comunicación y unos pocos partidarios que, con banderas republicanas, le instaron a no rendirse.

El triple procesamiento del juez Garzón ha levantado una notable polémica en España, con sus partidarios y detractores enfrentándose en tertulias de radio, páginas de internet, manifestaciones públicas de uno u otro signo, y también en las filas de los partidos políticos.

 EFE