Obama habló hoy en un acto en la Rosaleda de la Casa Blanca, después de que el vertido llegó a las costas de Luisiana, hecho declarado “catástrofe nacional” en EE.UU.
Según el mandatario, aunque la concesionaria de la plataforma, British Petroleum, es la responsable última de las tareas de limpieza y contención, el Gobierno de EE.UU. está “completamente preparado” para cumplir su parte con el objetivo de paliar el desastre y proteger las costas del Golfo, en colaboración con las autoridades locales y regionales.
Además, ha ordenado una evaluación a su secretario del Interior, Ken Salazar, que se le entregará en el plazo de treinta días, acerca de qué medidas de seguridad adicionales se deben adoptar para garantizar que un accidente de este tipo no vuelva a repetirse en el futuro.
Todas las plataformas ya operativas en el área se someterán a una nueva inspección y cualquier licencia que se conceda tendrá que demostrar que cumple con las salvaguardas más estrictas, subrayó el presidente.
El Gobierno estadounidense ha redoblado sus esfuerzos en los últimos días para hacer frente al desastre, en un intento de contrarrestar las críticas de que su respuesta inicial fue demasiado lenta.
Varios secretarios del Gobierno se encuentran hoy en la zona afectada.
La Casa Blanca anunció este viernes la suspensión de las nuevas exploraciones petrolíferas en el país a la espera de que se esclarezcan las causas de la explosión y hundimiento de “Deepwater Horizon”.
Obama levantó el mes pasado la prohibición que impedía realizar nuevas perforaciones para encontrar gas y petróleo con el argumento de que es imprescindible para la seguridad energética del país.
En ese sentido, el gobernante declaró hoy que aumentar la producción nacional de petróleo sigue formando parte de sus planes para la reforma del sector energético, pero subrayó que debe hacerse de modo “responsable.
EFE