Juan Andrés Pereira se sumó al cambio. Tras el volante vio los billetes de dos y cinco bolívares que solía tener en su carro para pagar la gasolina y sonrió. Sabía que a partir del viernes no los utilizaría. Bajó el vidrio de la ventana y fue muy específico: “30 bolívares de 91 por favor”, dijo y recordó que era la primera vez que solicitaba el servicio de esa manera. Se convirtió así en parte de la estadística que indica que el 80% de quienes visitaron una gasolinera el 19 de febrero prefirieron la de menor octanaje, que antes del ajuste del precio tenía una demanda inferior al 30%.
La brecha de 500% entre el costo del litro de 91 octanos y la de 95 ha sido determinante. Felipe Rueda no está seguro si el motor de su camioneta 2008 funciona igual con cualquiera de las dos. De lo que sí tiene certeza es que su bolsillo sufrirá menos al decidir cambiar el tipo de combustible. Y así hizo, aunque optó por solicitar el tanque lleno a su máxima capacidad para ser incluido entre las seis personas de cada 10 que aún lo hacen de esa manera en lugar de pedir un monto exacto en bolívares.
El vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz, explicó que el combustible de 95 octanos, utilizado por 70% de la población, necesita ser procesada con componentes que son adquiridos con dólares. Por eso se aplicó la estrategia de la diferencia de precio para incentivar el consumo de la de 91.
Sin propina
La historia de Nerio Fermín fue distinta. Estaba atento a los números. Cambiaban conforme el tanque de gasolina de su vehículo se llenaba. Tenía un billete de 50 bolívares en su mano izquierda con la que tomó otro de igual denominación al ver en el contador que ya se habían cargado 16 litros de combustible. Respiró profundo y siguió esperando, buscó en su cartera y sacó cien bolívares más. Pero cuando el surtidor dejó de llenar vio que el monto a pagar era 210 bolívares. Le entregó el dinero al trabajador del lugar y esperó su cambió que recibió de manera íntegra. Esta vez no hubo propina.
José Mora sabe del impacto que tiene el incremento del precio de la gasolina. Tiene 12 años trabajando para una estación de servicio y lograba reunir entre el excedente que le dejaban los clientes hasta dos mil bolívares en ocho horas de jornada. El viernes solo obtuvo 600 bolívares, lo que representa una caída de 70% en el ingreso que compensaba su deprimido salario mínimo.
Para evitar ser víctimas de la inseguridad los empleados solo manejan entre 300 y 500 bolívares en efectivo, el resto se resguarda en las bóvedas, y se cuenta con presencia permanente de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana. Desde las 5:00 p.m. del jueves hasta las 5:00 a.m. del viernes las comisiones trabajaron en las 121 estaciones de Carabobo para ajustar las máquinas surtidoras.
Insostenible
Humberto Calderón Berti, expresidente de Pdvsa, no entiende cómo la nueva medida establece una brecha tan amplia entre los dos tipos de octanaje. La diferencia de precio en la gasolina de 91 y 95 octanos, que quedó establecido en 1 y 6 bolívares, respectivamente, es insostenible técnica y económicamente, publicó El Nacional. “Va a ocurrir un desplazamiento del consumo del tipo alto al más bajo. Eso va a generar un problema de suministro. Ese desplazamiento hará desaparecer el efecto del ingreso que espera el Gobierno”.
Fuente: el carabobeño / LD