El desarrollo de esta enfermad está ligado a antecedentes genéticos y factores determinados por los hábitos de la persona como el sobrepeso, sedentarismo, fumar e ingerir alcohol, dieta baja en fibra y alta en proteínas, baja ingesta de ácido fólico y reducción del calcio y de la vitamina D.
En el inicio de la enfermedad, este cáncer suele ser silencioso y no presentar síntomas. “Luego, puede manifestarse con un cambio en la consistencia y frecuencia de las deposiciones, presencia de sangre en heces, anemia, dolor abdominal de aparición reciente, pérdida de peso y cansancio”, afirma el Dr. Fadic. El especialista agrega que, sin embargo, estos síntomas no son siempre indicadores de presencia de cáncer de colon o recto, por lo que la indicación es consultar a un especialista para investigar cada caso.
La colonoscopía es un examen que consiste en introducir un endoscopio para visualizar el recto y el colon. Con esta herramienta se pueden tomar biopsias, extraer lesiones y obtener fotos que permitirán documentar el diagnóstico y aumentar la probabilidad de que el paciente se recupere.
El especialista recomienda que todo paciente mayor de 50 años, y personas que presenten síntomas como cambios de hábito intestinal, sangramiento rectal, presencia de anemia, o que tengan antecedentes familiares de este cáncer, presencia de pólipos y pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal, se realicen una colonoscopía.