«Es un milagro que aún esté vivo», dijo Ramírez Sánchez, trasladado hace tres semanas a una celda individual de la cárcel parisina de Santé, de cara al proceso del 7 de noviembre. «El Chacal» tiene ahí acceso a información mediática, así como autorización para tres llamadas telefónicas a la semana.
Ramírez Sánchez se mostró también convencido de que podrá salir pronto de la cárcel gracias a la presión diplomática de Venezuela. «Mi estado de ánimo sigue siendo de lucha para denunciar la ilegalidad de mi estancia aquí en Francia», señaló.
El juicio se centrará en los atentados de 1982 y 1983 en suelo francés que se le imputan, y en la legalidad de su condena.
La demanda de «El Chacal» apunta al ex ministro del Interior francés Charles Pasqua, al que califica de «simpático» en la entrevista», pero también de «viejo bribón» y «viejo gángster», fue quien lo «secuestró». Pasqua ordenó entonces al servicio de inteligencia que lo trajera de forma ilegal al país, sostuvo.
Ramírez Sánchez también se quejó de una película sobre él que emitirá el canal franco-alemán Arte esta semana, («Carlos», del francés Olivier Assayas). El venezolano aseguró que no es drogadicto ni un psicópata que la emprende fácilmente a tiros, como lo caracteriza el filme.
«Nunca he tomado cocaína en toda mi vida», sostuvo, indignado. «La película más bien me divierte por sus tonterías».
«El Chacal» también contó que en la cárcel se ha encontrado con el ex dictador panameño Manuel Noriega. «Tenemos conocidos», contó. «Hablamos del pasado (…) y también del presente». Asimismo, aseguró que echa de menos a su familia.