Como detectar el trastorno de procesamiento auditivo


Existen unos indicadores desde edad preescolar que podrían alertar a los padres para evitar un fracaso escolar, si se trabaja con la mayor prontitud.

Ya han pasado varias semanas desde el comienzo de este año escolar, que arrancó con mucho entusiasmo y anticipación de éxitos, tanto de parte de los niños como de sus padres.

No obstante, algunos padres y madres han recibido notificaciones de parte de los maestros que harán añicos toda la ilusión inicial. Comenzarán a informarle que su niño se distrae con facilidad y hay que repetirle constantemente las instrucciones, que a veces parece que está sordo y se desconecta, que le cuesta seguir instrucciones en secuencia y se le olvida lo discutido oralmente en clase. Además, les informarán que está presentando dificultad para aprender a leer, que le cuesta discriminar los sonidos de las letras y reconocerlas; adicional a que no comprende el concepto de rimas y no muestra ningún interés por aprender a leer.

Como si esto fuera poco, para agobiar y angustiar a los padres y madres, les indicarán que a su niño le cuesta contestar preguntas y narrar los cuentos que se leen en voz alta en el salón. Finalizarán con la sentencia de que su ejecución escolar está por debajo del grupo y que si no buscan ayuda podría fracasar en kínder.

Ningún padre está emocionalmente preparado para escuchar noticias como esta, con el agravante de que no sabrán a dónde dirigirse para buscar ayuda porque no saben qué realmente le pasa a su hijo.

Descifrando el código 

Las dificultades descritas son típicas en niños con trastorno de procesamiento auditivo. Este diagnóstico se define como la dificultad que presenta el cerebro para percibir, analizar, interpretar o razonar la información que el oído recibe u oye. Se descarta problema de audición o cognición. A este problema también se le llama procesamiento auditivo a nivel central porque es en el cerebro en donde ocurre la dificultad para interpretar, no en el oído, que funciona adecuadamente. La causa aún no se conoce, pero sí que se relaciona con dislexia y problemas de aprendizaje, lenguaje y atención.

El trastorno de procesamiento auditivo se hace más evidente por la demanda del salón de clases, de ahí que sea al comenzar en la escuela que los maestros le den la voz de alarma a los padres. Sin embargo, hay unos indicadores desde edad preescolar que podrían alertar a los padres para evitar un fracaso escolar, si se trabaja con la mayor prontitud.

Señales

¿Cuáles son los indicadores de un trastorno de procesamiento auditivo en niños a nivel preescolar?

Son aprendices visuales; prefieren montar rompecabezas o ver televisión a que le lean un cuento.

Les molestan ciertos ruidos, como el de la aspiradora, y se cubren los oídos, lloran o les da una rabieta cuando se exponen a los mismos.

A veces parece que están sordos; si se envuelven en una tarea visual no responden cuando se les llama.

Preguntan constantemente ¿qué? para que se le repitan preguntas, instrucciones o cualquier mensaje auditivo.

Su desarrollo del habla y lenguaje fue lento.

Se distraen con facilidad por ruidos del ambiente.

Se desorganizan en actividad en ambiente ruidoso, se tornan muy activos, les dan rabietas o, por el contrario, se muestran excesivamente tímidos, inseguros o llorosos.

Mal interpretan palabras que se escuchan parecidas, como bote y pote.

Podrían presentar problemas de conducta.

Les cuesta seguir más de una instrucción, omiten una o se confunden.

Se pierden en una conversación en grupo, mal interpretan sobre lo que se está hablando o reaccionan lento a algún comentario jocoso.

Los padres en ocasiones se han cuestionado si su hijo es sordo, aunque las evaluaciones audio métricas arrojan resultados adecuados.

¿Cómo se puede ayudar a estos niños?

La terapia sensorial auditiva o de entrenamiento auditivo estimula el procesamiento auditivo para que el mismo sea más eficiente y rápido. A través de esta terapia los niños aumentan la atención, la memoria, la comprensión, la discriminación y el razonamiento del mensaje auditivo; todas estas destrezas son necesarias para el éxito escolar. Además, los precursores de la lectura, como la conciencia fonológica y la discriminación de sonidos, aumentan con esta terapia y les facilitará el proceso de aprendizaje.

Las ventajas no son solo educativas porque el procesamiento auditivo es también importante para desarrollar las destrezas de socialización. Un niño que le cuesta mantenerse en una conversación, entender lo que escucha y constantemente requiere que se le repitan las cosas o las mal interprete, podría ser víctima de acoso o bullying en la escuela, algo que es más serio y tiene más repercusiones emocionales que una baja ejecución escolar.

La demanda escolar aumenta en cada grado y un niño con este diagnóstico no tendrá las herramientas para lidiar con las mismas, lo que le produce ansiedad y baja autoestima, algo que se pudo haber evitado. ¿Por qué mejor no prevenir ayudando a estos niños a tiempo?

Redacción Notiactual




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