Las juezas del tribunal que ha juzgado en primera instancia a Berlusconi, de 76 años, dictaron una condena para el ex primer ministro italiano superior a los 6 años de prisión que había solicitado la fiscal, Ilda Boccassini.
El anuncio fue hecho por la jueza Giulia Turri después de casi siete horas de deliberaciones. Se trata del primer fallo ya que tiene dos niveles de apelación más, según el derecho italiano.
Unas diez personas congregadas frente a la sede del tribunal recibieron con aplausos y gritos la lectura de la sentencia, mientras numerosas personalidades de la derecha italiana protestaron inmediatamente contra el fallo, que marca el futuro político de uno de los hombres más poderosos e influyentes de Italia.
“Se trata de un veredicto desconectado de la realidad”, reaccionó el abogado de Il Cavaliere, Niccoló Ghedini, quien aseguró que presentará un recurso.
“Es una sentencia muy grave y arrasa con el estado de derecho en Milán”, comentó indignado Fabrizio Cicchito, uno de los líderes de la formación fundada por Berlusconi, Pueblo de la Libertad.
El diario italiano Il Corriere della Sera había citado a un colaborador de Berlusconi, una de las personas más influyentes de la política de ese país, que comentó que el ex premier seguía el caso encerrado en su mansión milanesa de Arcore, “de pésimo humor” y que esperaba “lo peor”.
Se temía que ante una condena dura, como la de hoy, Berlusconi se despachara contra el actual gobierno y decidiera retirar el apoyo de su partido, el Pueblo de la Libertad (PdL), a la coalición nacional que preside Enrico Letta del Partido Democrático, de izquierda, surgida tras un bloqueo político de varios meses.
Unas 30 jóvenes y prostitutas de lujo, entre ellas varias latinoamericanas, que participaron en las fiestas privadas del magnate, desfilaron durante casi dos años ante el tribunal de Milán para declarar que se trataba de elegantes y tranquilas cenas.
Según la fiscal Bocassini, la joven marroquí Karima el Mahroug, conocida como “Ruby”, participó a sus 17 años en las fiestas sexuales del magnate mediático, conocidas como “bunga-bunga”, que se celebraban en sus residencias privadas. Ambos niegan haber mantenido relaciones sexuales.
En su acusación, la fiscal denunció “el sistema de prostitución montado para satisfacer sexualmente a Silvio Berlusconi”.
Por su parte, en su alegato final, el abogado de la defensa, Nicoló Ghedini, acusó a los jueces de tener prejuicios contra Berlusconi, elegido senador en febrero, y condenó la “cercanía cultural” de las juezas del caso con la fiscal Boccasini.
Además, el ex primer ministro fue condenado por abuso de poder al haber intercedido para que “Ruby” fuera puesta en libertad tras haber sido arrestada en Milán por un supuesto robo. Para conseguirlo, Berlusconi dijo a la policía que la joven era sobrina del entonces presidente egipcio, Hosni Mubarak.
Agencias