Los primeros pasos están dados. Existe la convicción de lado y lado de que destrabar la crisis política pasa por el reconocimiento mútuo, pero tres encerronas en la más absoluta discreción todavía no han hecho que alguno ceda.
Este medio conoció, a través de una fuente del alto Gobierno, que hace un mes Henry Ramos Allup, Henri Falcón y Elías Jaua sostuvieron un encuentro, autorizado por el presidente Nicolás Maduro, que fue el primer contacto tras las citas de mayo en República Dominicana.
La triada, que dialogó en Caracas, supuso el encuentro de dos de las corrientes más duras de lado y lado, con el contrapeso de Henri Falcón, un ex de las filas chavistas que habría supuesto el equlibrio del encuentro.
De aquella encerrona, cuya agenda se mantiene en las más absoluta confidencialidad, se dio paso a las de viernes y sábado del G8, como se había pactado con cuatro chavistas, cuatro opositores y sin observadores.
Para la segunda ronda de acercamientos, conoció este medio, a pedido de la oposición se excluyó a los mediadores, la troika José Luis Rodríguez Zapatero, Martín Torrijos y Leonel Fernández y se pidió silencio total, clausula que un sector de la MUD terminó violando.
Dos reuniones, cada una de cuatro horas de duración, de nuevo en Caracas, solo alcanzaron para gravitar al rededor del revocatorio sin que ninguna abandonara su postura: los chavistas sobre el “fraude” de las firmas; la oposición firme en que puede ser este año.
Sin muchos cambios del lado chavista, (en comparación con la ronda dominicana) al margen del vuelo diplomático de Roy Chaderton, los hermanos Rodríguez, Jorge y Delcy y un nombre que se repite una y otra vez: Elías Jaua.
“En este proceso cada uno se está desahogando (…) es un proceso de negociación político- diplomática, al final uno termina identificando los puntos que se pueden resolver y aquellos que no se pueden. La oposición debería sentirse muy segura y confiada en estos diálogos (…) porque Maduro fue sindicalista y es un excelente negociador”, afirmaba ayer en entrevista radial Roy Chaderton.
La oposición sí hizo cambios en su bullpen. Solo la habilidad y experiencia de Timoteo Zambrano y Luis Aquiles Moreno repitieron, no obstante, uno de los actores que más ha apostado al diálogo ahora y desde mucho antes, como Edgar Zambrano, pasó a un segundo plano. Voluntad Popular y Primero Justicia se jugaron con Carlos Ocariz y Freddy Guevara, fichas cercanas a los intereses de Capriles y López.
Entre marchas y contramarchas, previo a que se conociera todo, mientras María Corina Machado denunciaba intentos de negociar el referendo por la libertad de Leopoldo López, Ramos Allup decía que habían avancas y Capriles negaba cualquier posibilidad de diálogo, pese a tener un enviado a los encuentros secretos.
“Nos reuniremos con quien sea necesario para hacer valer los derechos del pueblo venezolano”, fue la reacción de Ocariz ayer en un acto en Petare, donde agregó: “No hay nada que esconder, lo que ha dicho la vocería en público es lo mismo que ha establecido en reuniones privadas, son previas al diálogo”.
Jesús “Chúo” Torrealba, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), aseguró que las dos reuniones que sostuvieron con representantes del Gobierno nacional no fueron para negociar el referéndum revocatorio, sino para lograr su realización y “quitar los obstáculos”.
f.Pna