La actividad petrólera creció 5,2%, mientras que el PIB del sector petrolero tuvo una caída de 1,8%.
«El comportamiento positivo de las actividades no petroleras es generalizado; al respecto destacan los crecimientos del valor agregado del comercio (10,4%), los servicios de transporte y almacenamiento (7,8%), las comunicaciones (8,0%), manufactura (7,6%), los servicios producidos por el Gobierno General (7,6%), instituciones financieras (5,6%) y electricidad y agua (3,1%). Debe señalarse que en estos comportamientos incidieron la recuperación de la demanda agregada interna, en sus componentes, tanto público como privado, y la mayor disponibilidad de bienes de origen importado, en especial para el sector industrial. No obstante, en la actividad construcción el valor agregado disminuyó en 7,7%» , señala el ente oficial.
El sector privado registró una caída de 4,6%, mientras que el sector público experimentó un crecimiento de 3,3%.