La reforma, presentada por el ministro de Trabajo, Eric Woerth, es una de las más conflictivas del mandato de Sarkozy, y debe ser sometida ahora a las comisiones competentes de la Asamblea Nacional (cámara de Diputados) y del Senado.
A partir del 6 de septiembre, tras el receso de verano boreal, el proyecto será tratado por el Parlamento en sesión plenaria.
«A fines de octubre ese texto será votado», dijo el lunes el presidente Sarkozy durante una intervención televisiva en la cual reafirmó el calendario que se había fijado, pese al escándalo que desde hace tres semanas sacude al ministro de Trabajo, vinculado a un escándalo político-fiscal.
Sarkozy descartó cualquier modificación del aumento de la edad mínima prevista en el proyecto de ley, aunque dejó una puerta entreabierta a la negociación de otros puntos de la reforma.
«Escucharemos a nuestros interlocutores», dijo Sarkozy, sin convencer a los dirigentes de los principales sindicatos, que insisten en que se trata de una reforma de «injusta» e «inaceptable».