La dibujante Coco, que trabaja para Charlie Hebdo, ha sido testigo del ataque. “Iba a buscar a mi hija a la guardería, cuando al llegar a la puerta de la sede del periódico dos hombres encapuchados y armados nos han amenazado brutalmente. He escrito el código. Han disparado contra Wolinski, Cabu. Ha durado cinco minutos… Me he refugiado bajo una mesa… Hablaban perfectamente el francés… Decían ser de Al Qaida”, ha explicado al diario L’Humanité.
El redactor jefe se ha salvado del atentado al encontrarse en Londres.
Un periodista del semanario que no estaba en la sede cuando se ha producido el ataque ha relatado a Le Monde que pese a las amenazas en los últimos meses no se sentía “una inmensa inquietud” en la redacción.
Charb estaba bajo protección policial, pero se desplazaba en ocasiones sin policías, lo que es un signo de que no estaba preocupado a cada instante.
“Recibimos amenazas por correo electrónico todo el tiempoy llamadas de teléfono, pero no no las tomamos verdaderamente en serio. Nos hemos acostumbrado (…) en los últimos tiempos, creíamos que lo de las amenazas había terminado”, ha añadido.
El policía encargado de la protección de Charb es una de las víctimas del ataque, señala Le Monde.
ABC