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El venezolano RAFAEL ARRÁIZ LUCCA habla de un Bolívar como nunca se le imagina

a1   La otra cara de Simón Bolívar: un hombre vanidoso, mujeriego y cobarde

Un general franco-alemán que conoció al Libertador lo describe así.

Acaba de ser publicado en español el libro Memorias de Simón Bolívar y de sus principales generales, del general Ducoudray Hosltein, traducido del inglés por Juan Carlos Vela Correa. Se editó en Boston en 1828 y, al terminar de leerlo, se comprende por qué nunca antes se había vertido a nuestra lengua.

Es uno de los libelos más críticos acerca de la vida y personalidad del caraqueño, escrito por alguien que convivió durante dos años con él y no guarda nada debajo de la alfombra. El subtítulo de la obra reza: “Una historia secreta de la revolución y de los eventos anteriores a ésta, desde 1807 hasta el presente día”. Pocas veces hemos leído versiones tan en contravía de la que se ha ido asentando como la oficial.

El libro comprende 516 páginas en letra pequeña, de modo que la abundancia de asombros es notoria, lo que nos lleva a escoger unos pocos. Antes: ¿Quién es Henri Louis Villaume Ducoudray Holstein? Un general franco-alemán que sirvió a Francia en tiempos de la Revolución Francesa, que fue agregado al Estado Mayor bonapartiano, y que recaló en Cartagena en 1814. También fue nombrado Comandante del fuerte de Boca Chica hasta diciembre de 1815, cuando tuvo que abandonar la ciudad rumbo a Los Cayos, en Haití.

De modo que la experiencia colombiana del general se reduce a dos años. No obstante, sus Memorias abarcan 21 de la epopeya independentista suramericana. Lo más valioso de su libro reside en su experiencia directa con Bolívar. El título, por cierto, es equívoco, ya que las memorias no son de Bolívar sino del general franco-alemán. Quizás, por algún ardid editorial de la época, el editor apeló a esta denominación, dejando en la retaguardia el nombre de aquel desconocido general europeo.

Abunda el autor en análisis sobre estrategias militares articuladas por parte de Bolívar, a quien llega a considerar un ignorante. Señala cinco momentos de la vida del héroe en que se dejó dominar por la cobardía y abunda en datos sobre su desenfreno amatorio, apuntándolo como un inconveniente para la vida militar eficiente. Lo que no explica Ducoudray es cómo este ‘disoluto’ se impuso sobre sus contemporáneos y comandó la gesta independentista.

En relación con la cobardía aludida por Ducoudray, la verdad es que Bolívar murió en una cama en Santa Marta y no en el campo de batalla, como la mayoría de los guerreros. Y algo de verdad debe haber, pues casi nadie lo destaca por el arrojo de sus acciones militares personales, sí las hubo, sino por sus estrategias y genio desconcertantes.

No obstante, no hay que olvidar que el autor es un militar prusiano que está leyendo la personalidad de un caraqueño. El cortocircuito es, sin duda, flagrante.

En cuanto a los amoríos bolivarianos, Ducoudray describe con desesperación cómo un ejército entero tuvo que esperar cuatro días en Los Cayos a que Bolívar se saciará con Pepa Machado, para poder zarpar. Esto enardeció al general, para quien semejante conducta era inadmisible, mientras que para Bolívar era costumbre.

Antes, tuvo oportunidad de relatar cómo se perdió la plaza de Puerto Cabello, en 1812, por el mismo motivo: los furores amatorios de Bolívar por la señorita Machado.

La traducción de este libro al español es un aporte importante, y pasa a formar parte de la batería crítica bolivariana. Me refiero a las obras del coronel George Hippisley (Narrativa de la expedición a los ríos Orinoco y Apure, en Sur América, 1819), de José Domingo Díaz (Recuerdos de la rebelión de Caracas, 1829), la entrada “Bolívar” en la New American Cyclopaedia de Charles Dana, escrita por Carlos Marx en 1858, entre otras.

En el capítulo final, Ducoudray intenta un resumen de la personalidad del héroe: “Los defectos predominantes de la personalidad del general Bolívar son ambición, vanidad, sed por el poder absoluto e indivisible y una gran disimulación. Es muy astuto y entiende a la humanidad mucho mejor que todos sus coterráneos; él, hábilmente voltea cualquier circunstancia a su propia ventaja y no escatima ningún esfuerzo para ganarse a aquellos que le pueden ser útiles”.

RAFAEL ARRÁIZ LUCCA
(Historiador venezolano)
ESPECIAL PARA EL TIEMPO

Simón Bolívar era vanidoso, arrogante, mujeriego y cobarde. Así lo describe un general francoalemán que lo conoció y cuya obra, escrita en 1823, recién se edita en español

Así lo reseñó Infobae

Henri Louis Villaume Ducoudray Holstein se sumó al ejército del Libertador en 1814 en Nueva Granada. Como muchos jefes castrenses bonapartistas desocupados después de Waterloo, también este militar nacido en Alemania recaló en las colonias españolas de América para sumarse a la lucha por la Independencia. Fue así que conoció y convivió con Simón Bolívar durante dos años.

De esa experiencia, escribió un libro titulado Memorias de Simón Bolívar y de sus principales generales que fue editado en Boston en 1828 pero que hasta ahora no había sido traducido al español.

Es entendible. El libro generará gran polémica ya que da una imagen opuesta a la que la historiografía oficial presenta del prócer. Ni hablar de la que viene construyendo el presidente venezolano Hugo Chávez que se pretende heredero y continuador de Simón Bolívar.

Si no el único, el de Ducoudray es uno de los textos más críticos sobre el Libertador, a quien se describe como un hombre más concentrado en las artes amatorias que en las militares. Ignorante en materia de estrategia bélica, Bolívar también se habría mostrado cobarde en reiteradas ocasiones.

Algo que irritó sobremanera al prusiano fue que un ejército entero haya debido esperar cuatro días en Los Cayos a que el héroe de la independencia se cansara de yacer junto a su amante, Pepa Machado, para poder ponerse nuevamente en ruta. Ducoudray asegura también que la plaza de Puerto Cabello se perdió por el desenfreno amatorio de Bolívar.

“Lo que no explica (el autor) es cómo este ‘disoluto’ se impuso sobre sus contemporáneos y comandó la gesta independentista”, señala el historiador venezolano Rafael Arráiz Lucca en un artículo en El Tiempo.

“Los defectos predominantes de la personalidad del general Bolívar – puede leerse en el último capítulo del libro- son ambición, vanidad, sed por el poder absoluto e indivisible y una gran disimulación. Es muy astuto y entiende a la humanidad mucho mejor que todos sus coterráneos; él, hábilmente voltea cualquier circunstancia a su propia ventaja y no escatima ningún esfuerzo para ganarse a aquellos que le pueden ser útiles”.

Tampoco en lo físico es Ducoutray generoso en su retrato de Bolívar. a quien vio delgado, de baja estatura, de mejillas hundidas, tez “bronceada amoratada” y ojos hundidos. Afirma que a los 31 años parecía de 65. Poco amigo del movimiento, su sitio preferido era la hamaca. No le interesaba ninguna conversación seria sobre temas militares o de gobierno civil. El baile era una de sus distracciones favoritas. Además del amor, como ya fue dicho. Cuando estaba entregado a estas lides, su edecán tenía lista la respuesta para cualquier requerimiento: “Su Excelencia está profundamente ocupado en el momento y no puede ver a nadie”.

Vanidoso en la victoria, Bolívar era sumiso cuando lo golpeaba la adversidad. El libro de Ducoutray causará revuelo, sin duda. Lo curioso es que el Libertador tenía una buena opinión del general que lo defenestró en un libro.

En la carta en la que le concede la baja de su ejército, en junio de 1816, escribió: “Esta es la tercera vez que U. me dirige solicitudes pretendiendo su separación del exército. La persuasión en que estaba de que los servicios de U. fuesen importantes para la República me ha obligado a negársela por dos ocasiones; pero las razones que U. me expone en su última representación, me han movido a concedérsela a pesar de mis deseos. (….) Dios guarde a U. muchos años”.

En la revista La Semana Luis Fernando Afanador señala con razón que “no es un libro aconsejable para regalarle a (Hugo) Chávez en la próxima Navidad”

El venezolano RAFAEL ARRÁIZ LUCCA habla de un Bolívar como nunca se le imagina was last modified: diciembre 14th, 2010 by
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