De lunes a viernes, subir por esta carretera toma más de una hora y si se trata de un fin de semana, el trayecto se hace en más de dos horas y media, siendo conservador con el tiempo.
Huecos, hundimientos, fallas de borde considerables, derrumbes, falta de demarcación y de iluminación, irrespeto a las paradas del transporte público y ausencia de vigilancia, hacen un verdadero caos en el tránsito.
Ello sin contar que el servicio del transporte público es pésimo. Cuando llueve, los choferes hacen de las suyas y cobran más de lo estipulado, y después de las 8 pm se pintan de colores, bajo el pretexto de la acción hamponil.
El tema de la falta de alumbrado público, a decir de Clara Mejía, habitante del Kilómetro 16, sector Araguaney, es grave y extenso, pues abarca de polo a polo las parroquias El Junquito y El Junko.
Mejía también hace referencia al impacto ambiental que han tenido las invasiones, no sólo del Kilómetro 4, sino en los alrededores de los parques Metropolitano y Macarao, en cuyas cuencas están descargando aguas servidas. Además, citó que el sistema de drenajes está colapsado. Una muestra evidente son las lagunas que se hacen en la plaza del pueblo.
Nancy Marcano, habitante del Kilómetro 20, destacó que en vista de esta situación, proponen crear brigadas ambientalistas. Consideró que en la comunidad hay muchos jóvenes desocupados, los cuales pueden dedicarse al cuidado de los espacios.
Quizás, dijo, esta labor podría hacerse con más ímpetu los fines de semana, cuando hay más visitantes. «Ellos podrían no sólo mostrar a los visitantes las bondades del pueblo, sino también enseñarlos a conservar. Esa sería una buena forma de controlar la anarquía».
Rosalba Pimentel, de la comunidad Pericoco, dijo que la Ley Orgánica de Consejos Comunales les da fuerza jurídica para actuar, pero indicó que muy pocas personas conocen con exactitud el articulado, lo que los pone en desventaja.
Tal vez, acotó, por ese desconocimiento y porque cada quien, refiriéndose a la ciudadanía, está dentro de su parcela, estas parroquias lucen abandonadas.
Señaló que en el pueblo funcionan 49 consejos comunales por la parte de Caracas y 25 por el estado Vargas. «A pesar de tener un abanico de autoridades, no hay organización para la ejecución de obras y proyectos. Pensamos que por estar en el límite de dos dependencias, nos descuidan, cuando esta es una zona agrícola-turística con potencial».
Según el INE, El Junquito tenía una población de 45 mil 398 habitantes para 2007, y se estima que para 2015, será de 48 mil 967.