Las colas en los supermercados no se acaban. Hay caos y desorden a diario. Una compradora, en medio del sol inclemente dijo: “Hay que sobrevivir a las colas y los conflictos que se forman a cada rato. Uno puede ser agredido por tanta necesidad”.
Yonaida Contreras, ama de casa, llegó desde Pradera Baja acompañada de su vecina, quien solo se identificó como Amarilys, a un supermercado ubicado en la Circunvalación 2. Por la multitud que superaba el espacio físico del estacionamiento del mercado temió “problemas” originados por los “bachaqueros” y los compradores que persiguen los productos esenciales de la canasta alimentaria.
Ayer vendían margarina, jabón en polvo y leche en polvo. “Si esto sigue así se puede presentar un estallido por alimentos”, soltó sujetando con las dos manos su cartera y la sombrilla que la resguardaba del sol del mediodía.
La sexagenaria lamentó los saqueos que afectaron a San Félix, Caracas, Valencia y Maracaibo por la presencia de revendedores. “Los ‘bachaqueros’ meten presión para ellos llevarse todo (productos)”, acusó bajando la voz y mirando para ambos lados de la cola de personas que esperaban el acceso al supermercado.
Contreras murmuró a Amarilys la incomodidad de cazar la venta de los alimentos. “Hay que sobrevivir a las colas y los conflictos que se forman a cada rato. Uno puede ser agredido por tanta necesidad”.
Bromeó al recordar que en casa la esperan sus nietos para alimentarlos mientras sus padres trabajan. “Allá tengo unos ‘chukys’ que me esperan para hacerles la comida”, dijo entre carcajadas y lamentaciones de no saber la hora de salida. Aunque comentó que no llegaría a tiempo para el almuerzo. Dependía de la agilidad de las ventas que eran custodiadas por efectivos policiales que resguardaban el orden en el ingreso. “Están quitando la cédula (de identidad), si veo que puedo aguantar la entrego. No sé cuántas horas serán aquí”.
fuente.lv