«Preocupa profundamente» que el documento que se discutirá en Cancún (México) «no refleje ninguna de las principales conclusiones alcanzadas en Cochabamba», dice un comunicado de prensa de los organizadores de la conferencia que lideraron esos mandatarios en el pueblo cochabambino de Tiquipaya.
Agregan que, en cambio, el documento básico de la próxima cumbre sí ha incorporado «todas las propuestas del Acuerdo de Copenhague, que ni siquiera tiene el consenso de las Naciones Unidas».
A la cita de Tiquipaya, bautizada «Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra», asistieron miles de personas de movimientos afines a Morales y Chávez, pero hubo escasos representantes oficiales de otros países y la delegación de la ONU fue abucheada.
Morales entregó el pasado día 7 en Nueva York al secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-Moon, las conclusiones de su reunión, para que fueran discutidas en Cancún, pero recientemente el mismo mandatario pidió que la nueva cumbre climática sea suspendida porque, según él, será un «fracaso».
«Cancún va ser otro Copenhague. Los pueblos van a perder la esperanza hacia sus Estados. Los Estados y las Naciones Unidas perderán autoridad frente al mundo que debate sobre el cambio climático», dijo el gobernante boliviano.
Chávez y Morales encabezaron en Copenhague una posición radical minoritaria y su reunión de Tiquipaya demandó a los países ricos reducir a la mitad sus gases de efecto invernadero antes de 2020, meta diez veces superior a la que plantea el Protocolo de Kioto.
En Tiquipaya también se reclamó un referendo mundial sobre soluciones para la crisis climática y la creación de un tribunal internacional para castigar delitos contra el medio ambiente.