«Es el proyecto más discutido, más aprobado y nunca cumplido en la historia de las Naciones Unidas», pues continúa pese a que este año por decimonovena vez la Asamblea General aprobó el informe que «demanda el cese de esa abusiva y criminal acción», escribió Castro.
En su texto «La sublevación en la ONU», Castro destacó que en la votación del 26 de octubre «fueron ya solamente dos los que la rechazaron y tres los que se abstuvieron al votar», a los que llamó «dependencias coloniales».
La resolución, aprobada desde 1992, tuvo esta vez solo los votos en contra de Estados Unidos e Israel, en tanto que las abstenciones fueron de Micronesia, Palau e Islas Marshall.
Washington asegura que Cuba usa de pretexto el embargo para justificar un mal manejo de la economía que hace pasar penurias a la población, al tiempo que rechaza que esa política sea «genocidio».
El gobierno de Cuba, que considera al embargo «pieza de museo de la Guerra Fría», afirma que le deja pérdidas por unos 100.000 millones de dólares en medio siglo de ejecución y que el presidente Barack Obama lo mantiene intacto