La tecnología no es nueva; después de todo Google lleva varios años poniendo a prueba coches que se conducen de manera autónoma con gran éxito. Sin embargo, la diferencia es que ahora la compañía estaría en contacto con proveedores de piezas como Continental AG y Magna International para armar su propio modelo 100% hecho en casa, marcando un precedente para una industria que hasta ahora se ha centrado en gadgets tecnológicos de menor tamaño.
Más que para anotar un éxito de ventas con su automóvil, el objetivo de Google sería presionar a otros fabricantes para que adopten la tecnología de «auto-conducción» en sus propias ofertas, marcando la pauta y el modelo a seguir demostrando que la tecnología sí es viable en el mercado de consumidores generales.