El jugador venezolano resultó ser un revulsivo para los suyos cuando entró en el tercer cuarto y al final los comandados por Paul Pierce y compañía, necesitaron un tiempo extra para poder imponerse 116-110.
«Me sentí maravillosamente bien», dijo Greivis, agregando un comentario que denota su espíritu de equipo, “Pero no importa porque no ganamos”.
Sus compañeros no escaparon de los elogios, al destacar su ímpetu: «Es una chispa,» dijo Tony Allen.
O.J. Mayo también fue enfático: «Una gran chispa», afirmó sobre su inyección positiva en el juego.
«Él sale y juega con pasión», dijo Rudy Gay. «Personalmente, creo que eso es algo que necesitamos”.
Los Grizzlies tienen todo tipo de talento, dotados de todo tipo de jugadores jóvenes en la lista pero, ¿qué pasa con la pasión?
Los diecinueve mil fanáticos de los Grizzlies que plenaron el FedExForum no sabían lo que se podían esperar cuando Vásquez entró a la cancha.
El criollo había perdido la mayor parte de la temporada con un tobillo en recuperación, después de haberse operado al final del mes de julio. «Trataré de estar listo», había dicho el caraqueño.
La sangre joven
Lo cierto es que los minutos en los que estuvieron Tony Allen y Greivis pudieron haber sido los más eléctricos de esta temporada. Ambos jóvenes resultaron ser un éxito instantáneo.
Vásquez encaro con mucha seguridad al base de los Celtics Rajon Rondo, le cometió una falta de tres tiros libres, Rondo falló dos.
De forma seguida, el “21” de Memphis respondió con un triple para luego dar un excelente pase que aprovechó Allen.
La siguiente imagen, recuerda los mejores momentos del venezolano en la universidad de Maryland, levantó los brazos, alentando a los fanáticos que esperaban darle el golpe a los Celtics. El público fue fantástico», comentó.
Seguro no fue el final perfecto, los Grizzlies perdieron una batalla pero probablemente encontraron un punto de combatividad, o de inspiración, quizás.