Por motivos de seguridad, el Palacio del Elíseo no había informado antes del viaje relámpago. Uno de los motivos es explicar sus planes de retirada de tropas, una de sus promesas electorales. Hollande también se reunirá con el presidente afgano, Hamid Karzai.
Hollande aterrizó en Kabul, pero siguió el viaje directamente a la base francesa de Nijrab, en la provincia de Kapisa. Allí dialogó con militares y homenajeó a los 83 soldados galos que murieron desde el inicio de la misión en el Hindukush.
También tiene planeadas reuniones con representantes de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs).
El Ministerio del Exterior de Kabul invitó a una conferencia de prensa de Karzai, en la que se espera que comparezca junto con Hollande. El socialista, sucesor de Nicolas Sarkozy, está acompañado por el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, y el de Exteriores, Laurent Fabius.
Hollande informó en el seno de la Otan el pasado fin de semana que retirará las tropas galas a fines de 2012 y que sólo dejará en el país un reducido grupo que dará formación a las fuerzas afganas. Los miembros de la OTAN habían acordado replegarse en 2014, cuando la policía y el ejército afganos se harán cargo de la seguridad en todo el territorio.
Pese a su decisión, Hollande quiere que haya una cooperación a largo plazo con Afganistán, indicó el Elíseo, sobre la base del tratado de amistad y cooperación firmado por Sarkozy a principios de año. El compromiso de Francia en el país entra en una nueva fase, dijo el presidente en Kapisa.
El domingo pasado, los talibanes elogiaron la decisión de Hollande de retirar las tropas, ya que exigen que todos los soldados extranjeros salgan del país. En abril había en Afganistán unos 3.400 soldados franceses.
Mientras tanto se produjeron nuevos hechos de violencia en el sur de Afganistán, con la muerte de al menos cuatro personas y siete heridos en tres ataques diferentes.
