Isaías A. Márquez Díaz: PETRO, BCV, CONTABILIDAD Y CONFIANZA

El petro, uquivalente a un barril venezolano, moneda ficticia (criptomoneda), intangible, sin limitación legal aparente, pese a las disposiciones del Art 318 CRBV,  en virtud del avance tecnológico que impone reemplazar el dinero fiduciario por las monedas digitales, e induce, mundialmente, a que la banca  se adecúe y, así, incorporarse a la dinámica financiera en auge,  ahora el gobierno del presidente Nicolás Maduro la concibe la ingenua intención de cibtrarrestar los efectos del dólar estadounidense, cuya simbología, por su estilo, muy original, pareciera haberla ideado algún oficial de la Armada (FANB) ya que ostenta un torchón que remata con un galón en mitad de su extremo final, también manda  la banca a través de la SUDEBAN adoptarla como “unidad de cuenta”, así como en BsS, quizá podría constitur una idea muy revolucionaria y/o novedosa, sobremanera, si no fuese por la compulsividad que le caracteriza, análoga a la de su tutor el “comandante supremo y eterno” ya que tal instrumento virtual emerge  por la presión que, desde diferentes ángulos, actúa sobre su investidura como responsable directo y absoluto por la economía nacional, cuyo fracaso pretende delegar además de la conspiración mediática en factores exógenos, tales como el complot desde el norte, sin reparar en la ineficacia de su equipo y el malestar que genera su política entre la población por la ausencia de planes concretos para la superación de la crisis sociopolítica, que ha generado un éxodo sin precedentes en la vida institucional de la nación, haciendo mella en sinnúmero de áreas conexas en su dinámica económica e incidiendo, negativamente, en la disponibilidad de los bienes de consumo, reflejada en carestía, inestabilidad e incertidumbre.