Una señora pisó un caracol sin querer y destrozó su pequeño caparazón. Esta lejos de abandonarlo, se acercó a una clínica veterinaria de Israel para que salvaran a este pequeño animal. Una curiosa y emotiva historia con un final feliz gracias al empeño de los veterinarios.
La reconstrucción fue fotografiada y publicada en la página de Facebook de la Clínica. »Para reparar el caparazón necesitamos mucha paciencia y precisión. «Lo hicimos de manera tal que el pegamento se mantiene fuera de la concha y no penetra en el interior», han explicado los veterinarios que atendieron a Chevy, como llamaron al pequeño caracol.
Durante la intervención, el caracol se mantuvo tranquilo y paciente sobre su »mesa de operaciones» mientras le reconstruían esa parte tan importante de su cuerpo. Tras la operación, el caparazón de Chevy, fue completamente reparado y él tuvo la oportunidad de volver a entrar en él.
‘Chevy’, fue hospitalizado y allí pudo disfrutar de una buena cantidad de verduras frescas. Una historia que demuestra que el amor por los animales, sea cual sea su especie y su tamaño, sigue presente entre los humanos.