Miles de personas salieron a las calles para golpear cacerolas, ollas, bocinas y tambores en varios barrios y plazas de la ciudad, reeditando una protesta típica de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990), constató AFP.
En el barrio bohemio de la Plaza Ñuñoa, en el oriente de Santiago, se reunieron unas 500 personas para protestar de forma pacífica. Hasta el lugar llegó un grupo de vecinos con instrumentos y cacerolas, protestando festivamente por varias horas.
La protesta fue convocada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) en el marco de una manifestación de 48 horas en reclamo de una educación pública gratuita y de calidad, en un conflicto que se extiende ya por cinco meses, a lo largo de los cuales se han realizado otros cacerolazos.
La protesta nocturna puso fin a una jornada marcada en su inicio por la violencia, con la instalación de barricadas incendiarias en varios puntos de Santiago y la quema de un autobús, que provocaron un severo caos vial en la hora punta de la mañana.
Para este miércoles, en tanto, los estudiantes convocaron a dos marchas que confluirán en el centro de Santiago.
Los estudiantes protestan contra el sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que disminuyó el aporte público a la educación y fomentó la inclusión de los privados.