En 1700, la población se organizó espontáneamente alrededor del río Maracay, y estaba conformada por unas 40 familias que, por intermedio del futuro escritor José de Oviedo y Baños, se dirigieron al Obispo Diego de Baños y Sotomayor, tío del primero, para que erigiera una feligresía, siendo otorgada tal petición.
Los principales cultivos de la región fueron el tabaco y la caña de azúcar, hasta que en 1777 fue sembrado por primera vez el añil, y ese producto le dio importancia económica al lugar pues sería exportado en grandes cantidades a Europa, proporcionando importantes ganancias a la Corona, los propietarios y los jornaleros.
Se desconoce el origen del nombre de Maracay, una explicación señala que el mismo se debe al maracayá, palabra de lengua caribe para designar a un felino que antiguamente habitaba estas tierras, semejante al jaguar de piel oscura. Otra teoría dice que Maracay debe su nombre al aguerrido cacique Maracay (palabra caribe que significa ‘tigre’), tenaz luchador de la tribu de los araguas durante las luchas contra los conquistadores.
En la actualidad cuenta con una gran variedad museos y teatros, numerosas propuesta en medios de comunicación que abarcan emisoras, periódicos y cana les de televisión locales, sin dejar de un lado a los clubs e instalaciones deportivas.
Agencias