Esta mezcla de sonidos derivados del kuduro angoleño, el house de Sudáfrica y el juke de Chicago alcanzó su esplendor en la capital de Venezuela con figuras como los DJ Baba y Yirvin desde 2005 hasta 2007, año en el que la irrupción del reggaeton puertorriqueño desplazó este estilo de música por un tiempo.
Pero en 2012 una productora realizó el famoso documental “¿Quién quiere tuki?”, que se proyectó en Chicago, Toronto y Viena, y le permitió trascender las barreras sociales. A partir de entonces, las discotecas más prestigiosas en el orbe le dieron su bendición al frenético ritmo.
Gracias al impacto positivo que generó la música tuki, el dúo francés Jess & Crabe vino a Caracas para grabar y filmar a sus exponentes. Asimismo, el sello Mental Groove editó en Suiza el primer elepé en vinilo del género, Changa Tuki Classics.
El tuki ahora vive su segundo aire en medio de una internacionalización.
Con información de El País