Un poder legítimamente constituido, una expresión de la voluntad directa del venezolano, un sentimiento verdaderamente nacional, una mayoría en ejercicio de las atribuciones que le confieren la Constitución y las leyes. Ese poder resuelve reunirse para hablar, discutir sobre democracia, sobre el presente y el futuro del país. Lo hace a puertas abiertas, incluyendo a detractores y adversarios, los cuales con su presencia legitiman su convocatoria. ¿Pero qué ocurre? Que desechando todo principio constitucional, todo respeto institucional, todo sentido de diálogo y convivencia, hordas apadrinadas y financiadas por el partido de gobierno, asaltan el encuentro. Malvivientes, desempleados, tarifados, radicales en su ignorancia, son conducidos por el dirigente del partido de gobierno Jorge Rodríguez (y sus adláteres Nebreda, Alemán y el jefe de sus dos docenas de guardaespaldas quienes los controlan y financian) para suspender una sesión parlamentaria que transcurría de acuerdo a las normas de todo debate parlamentario civilizado. El domingo  25, el chavismo degenerado en madurismo, a través de su herramienta fracasada como es hoy el partido PSUV, asaltó otra de nuestras instituciones democráticas. Para la historia quedan como campeones de la destrucción: en 17 años asaltaron a las Fuerzas Armadas, asaltaron al TSJ, asaltaron al  CNE, asaltaron a PDVSA, asaltaron nuestros tribunales y, ahora asaltan al Parlamento. Ninguna duda, el objetivo resulta obvio: el proyecto de Hugo Chávez Frías fue asaltar la República y hacer del patrimonio institucional de todos los venezolanos un rancho, un bochinche, una caimanera. Gracias a Dios y a la vocación democrática de los venezolanos, el final de tal infeliz proyecto no será lo que quería su destructor creador. Debe saberse que esta maniobra delincuencial (con asaltos a mano armada robando cámaras, carteras, celulares, micrófonos y golpeando a inocentes) fue lo mejor que pudo pasarle a la AN. El mundo vio en vivo gracias a los medios digitales lo que por si solo se explica. A lo mejor sin ello no se habrían focalizado en Venezuela como desde ayer sucedió. Otro aspecto aciago para el régimen fue la intervención del diputado Luis Emilio Rondón preguntando por la foto de Maduro que no exhibió nadie. Sólo el galáctico y el Bolívar zambo. Dos autogoles rojos en pocas horas. ¿Fue el ministro Vladimir Padrino quien ordenó retirar la custodia del Palacio Legislativo? ¿Acaso no vimos todos a la GNB contemplando y permitiendo el pase de los criminales felices y tomándose “selfies”?  Y el Nuncio Papal en Argentina, Monseñor Emil Paul Tscherrig, alojado en la nunciatura caraqueña observando todo por  VivoPlay.net. Es el enviado del Vaticano para concertar los diálogos entre los demócratas y los adulantes del imitador del dictador Erdogan (Nico mismo lo dijo en cadena). Llegó el sábado y ya ayer comenzó a conversar con los dos bandos. Maduro se paró en Roma para conversar con Su Santidad. Le pidió ayuda en el diálogo. ¿Le diría al Papa por qué no aceptó la ayuda humanitaria de Caritas y la U.E.?  ¿Se atrevería a criticarle la selección del Cardenal Baltazar Porras? ¿Se arrepentiría de sus vilipendios a la Iglesia venezolana? Ahora si entiendo el término transición. Dos bandos rojos piden diálogo, Cabello y Jaua. Jorgito&Delcy le dan palo a la lámpara pero ayer apareció el alcalde dialogando y con la constitución en la mano pidiendo se la respete frente a Zapatero, Fernández y Torrijos. Descarados. Ahora dialogarán en Margarita. Garantizan que no habrá represión mañana. El culillo es gratis. ¿Soltarán a los presos políticos del  autónomo y rueda libre Sebin?  Ojo con enfriamientos que siempre ellos aprovechan. Diosdado ayer mientras hablaban los dialogantes siguió lanzando amenazas a la oposición. En apenas 48 horas saltos de todos los rojos pa’lante y pa’trás…

Comenzó el domingo en la noche. Se evaluará cada 30 días. Cada dos semanas las comisiones se sentarían a hablar. Los temas: rescate económico, crisis humanitaria, institucionalidad, tema electoral y “persecución política”, término que pidió el gobierno para no decir “presos políticos”. Ayer le demostraron que las llamadas firmas de muertos era un cuento que les metió el “rojillo” CNE. Maduro alertó a sus radicales desde su penúltima parada en Qatar que venía dispuesto a disolver la Asamblea si se reunían hoy para adelantar las medidas del acuerdo del domingo. Llamadas a su bufete personal, el TSJ, fueron varias. Discrepancias en varios de los consultados. Y que si el diálogo había comenzado sería un craso error. De allí la parada en Roma. Hace todo al revés, camino al barranco y solo oye al inflacionario y desabastecido español Serrano y ¿a Raúl qué?.

Evidencias claras de su actuación dictatorial.  El pasado jueves 20 de octubre, en un acto comunal en la zona de litoral central, el presidente Nicolás Maduro increpó a los asistentes al acto sobre otra eventual victoria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), con lo que demostraba una vez más, su poco talante democrático. Maduro Moros les hizo estas preguntas: ¿Ustedes quieren enfrentarse otra vez a la tragedia circunstancial que nos tocó vivir  el 6 de diciembre que nos ganara la oligarquía? ¿Ustedes se van a calar otras elecciones donde la oligarquía tenga algún triunfo? Mientras los asistentes coreaban unos “no” varias veces, ordenó a Jorge Rodríguez  a “prepararse desde ya pues nosotros somos incansables”. Más adelante en su intervención ordenó a los presentes “mas nunca pueden entregar su conciencia o su voto por la oligarquía”. Ya en varias oportunidades en 2015 había amenazado con lanzarse a la calle si la oposición ganaba la Asamblea Nacional. Como no lo hizo, y sabiendo que el legado que Chávez le dejó se perdió en sus manos, comenzó desde hace unos meses a constreñir las funciones de los diputados que junto con el presidente de la nación son los únicos funcionarios electos por el voto directo de los ciudadanos …

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