El roce al que se refirió el presidente brasileño se produjo la pasada semana, cuando Lula aludió al conflicto entre Colombia y Venezuela como «un caso de asuntos personales».
Uribe «deploró» el comentario de su vecino por considerar que ignoró la «amenaza» que representa para Colombia la presencia de guerrilleros en territorio venezolano y acusó a Lula de «desconocer» los esfuerzos de su Gobierno por buscar soluciones «a través del diálogo» con el gobierno del venezolano Hugo Chávez.
«Hice declaraciones a la prensa en los últimos días y Uribe se puso nervioso y me voy a vengar de Uribe», bromeó el mandatario brasileño durante el pleno de la XXXIX Cumbre de presidentes de Mercosur que se celebra en la ciudad argentina de San Juan (noroeste del país).
«El viernes por la noche voy a su cena de despedida para que vea que no tengo ningún problema, que soy su amigo. Mi gesto va a ser en la cena, a ver si me invita a que me siente a su lado para que podamos hablar», agregó Lula.
«Nosotros no queremos guerras», afirmó Lula, que puso a Suramérica como ejemplo de «lugar de paz», aunque, admitió, «tal vez tenemos guerras verbales, que no hieren a nadie, no matan a nadie».