“Este es el juego del diablo. Marinos demostró que no hay enemigo pequeño”, dijo el técnico Julio Toro, quien alabó a su escuadra, deezmada por lesiones pero que tuvo en Gregory Vargas a su hombre grande de la noche.
Con esta conquista, Marinos volteó los pronósticos y mañana pudiera ir a la segunda ronda si vence a Uniceub de Brasil. “Nunca estuvimos los 12 jugadores, tuvimos muchas lesiones. Aún debemos buscar el team work. Sabíamos que en la adversidad se miden los hombres. Los muchachos vinieron concentrados y unidos”, dijo Vargas, quien remachó la conquista con un triple y 2 tiros libres a falta de dos segundos para culminar las acciones.
“Pudimos mantener nuestro ritmo, hicimos un juego físico y de roce y pudimos cerrar para la victoria”, argumentó el jugador a Fibaamericas.com.
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