Matrimonio sin sexo: cuándo la rutina anula la pasión

     El matrimonio es considerado por algunas parejas como la consumación máxima de su amor, el cimiento para formar una familia, y una puerta abierta hacia la felicidad. Para otros, es el fin del romanticismo, y la bienvenida al acostumbramiento.

Si manejas este último concepto es muy posible que su relación esté destinada al fracaso, ya que la falta de comunicación derivará en ausencia de sexo, y el día menos pensado despertará en la misma cama con alguien que le parecerá un completo extraño.

Macarena es secretaria y está casada hace ocho años. La relación con su marido la define como buena, pero admite que han pasado por momentos muy complicados.

‘Hace unos años pensé que nos íbamos a separar, porque se volvió todo tan aburrido que me pregunté para qué seguíamos juntos. Llegábamos del trabajo a ver tele y a dormir, no teníamos temas en común y eso me deprimía’, relata.

Además, nos cuenta que la sexualidad se volvió escasa y monótona. ‘Como tenemos un hijo, todo giraba en torno a él. Nos conocíamos tanto que no había sorpresas en el sexo, pero me aburrí y hablamos la situación. Le dije que éramos jóvenes y vivíamos como viejos, que si seguíamos así era mejor no seguir casados’, cuenta.

La advertencia de Macarena fue una señal de alarma para su esposo, y con gran madurez decidieron recuperar el pololeo.

‘Creo que nos ayudó el hecho de que soy muy frontal, y aunque es espantoso sentir que la rutina nos atrapa, hay que salir de eso aunque cueste. Ahora llamo a mi marido y le pido que me venga a buscar al trabajo, que nos tomemos un trago, vamos al cine, buscamos hacer algo que nos permita llegar contentos a la casa’, recalca.

Aunque Macarena fue capaz de superar la crisis resulta que son muchas las parejas que no lo logran, porque se sienten tan agobiados y cansados, que les resulta más cómodo quedarse como están, en vez de buscar una solución que les devuelva el romanticismo y la sexualidad.

La pareja ante todo

El especialista en resolución de conflictos de pareja, Ricardo Cariaga, señala que el gran error que se comete en el matrimonio es dejar de lado el objetivo por el que se casaron. Con firmeza dice que los enamorados se casan para pasarlo bien, y en el camino se olvidan de ello y dejan sus intereses a la deriva.’El problema es que uno siempre se posterga, y el matrimonio es un tema de prioridades. Se preocupan del trabajo, de los hijos, de la casa, y la pareja queda para el final, entonces el sexo también’, explica. El profesional recomienda preguntarse para qué sirve el dinero, el trabajo, las comodidades, si no tienen una pareja para disfrutarla. Por eso, aconseja a los matrimonios a planificar un tiempo para ellos, donde puedan salir, comunicarse, buscar nuevas sensaciones en la sexualidad, porque la frecuencia del sexo debe depender de lo que a ambos le acomode.

‘Para retomar la pasión hay que comunicarse, conocer las nuevas expectativas que tiene la pareja. Si conversan sabrán qué es lo que desea hacer el otro en el sexo, y que es lo que no quiere hacer, porque en pedir no hay engaño’, señala el terapeuta.

Por eso, explica que ni siquiera los hijos pueden intervenir en la prioridad de un matrimonio que es la pareja, porque de lo contrario esa familia se derrumba. ‘Hay casados que están juntos pero aburridos. Cuando la gente viaja hace todo lo posible para pasarlo bien, jamás pierden de vista el objetivo de divertirse, en las parejas debería ser igual, deben elegir algunos días de la semana para entretenerse’, concluye.

Dígale adiós a la rutina

El psicólogo Sergio Valencia Vega, destaca la importancia del sexo en una pareja, porque mantiene la relación a través del desarrollo del erotismo en la expresión sexual. Por tanto, la falta de pasión puede afectar tanto a hombres como mujeres, porque el sexo es un regulador natural de la ansiedad, y su ausencia podría evidenciar cambios bruscos de ánimo, peso, y acrecentar el mal humor.

Sobre los hijos, manifiesta que hasta los tres meses de edad es recomendable que estén más cerca de la madre, después deberían tener su propia habitación, porque un tercero en la cama siempre interferirá en la relación de pareja. Además, sugiere no perder la seducción.

‘Hay mujeres que tienen ropa interior muy hermosa que nunca exhiben ante sus parejas, y terminan colocándose un pijama que las hace parecer un Teletubi. Por otra parte, los varones dejan de lado el cuidado personal y adquieren un abdomen digno de un concurso de sandias, y son situaciones que operan en desmedro de la efectividad seductora en la pareja’, dice.

Por tanto, recomienda para recuperar un matrimonio, sacar la televisión del dormitorio, y utilizar todas las herramientas seductoras posibles: ropa sexy, velas, aromas, música romántica. Y si deja volar su imaginación puede innovar con masajes con aceites aromáticos, baños de espuma, disfraces eróticos, cenas románticas, mensajitos al celular o emails insinuantes, porque todo es válido para recuperar la pasión de la persona que amas.

Además, debes dejar de lado esos conceptos tan arraigados de que el matrimonio es aburrido, sólo costumbre y compañía, porque no es así. Es un camino que emprendes donde la pasión y el coqueteo deben ser parte del diario vivir. Si no lo vive así y se siente mal por ello, debería pedir ayuda, intente retomar la comunicación con su pareja, y esfuércese por ser feliz, recuperando la ilusión que tenía cuando dijo sí ante el altar.

INFORME21