Entre los compradores están los recién salidos de la oficina, novatos que consultan cuándo la fruta está buena, o veteranos con sus cestas y carritos de mercado. Todos confluyen allí para comprar, «a precios solidarios», los productos recién traídos de La Grita (Táchira).
«Se compra mejor y más fresco» dice Emma Villanueva mientras reposa en los bancos de la plaza. Muy cerca, Teresa Rodríguez, afirma: «Con 100 bolívares se lleva gran variedad y todo es económico».
No ignora que el kilo de cebollas y pimentón cuesta Bs. 15 mientras que en otros comercios se compra por el doble; también que puede comprar un kilo de aguacate, ají, apio y ocumo por Bs. 10 o lechugas, repollos y ajoporros por Bs. 8.
Fuera del área de frutas y hortalizas se adquiere cuajada andina, quesos «duro» y palmito por Bs. 35 el kilo, «con la ñapa», según dice el vendedor o un cartón de huevos por Bs. 30.
«Aquí no hay cavas refrigeradas, todo viene del productor al consumidor», agrega José Eulises Sánchez, líder de la cooperativa. Con él trabajan otras cuatro personas que cada lunes en la tarde le acompañan en el viaje de La Grita a Caracas.
Llegan a la capital los martes en la tarde y apenas pisan la plaza El Indio descargan el camión y montan, con cercas y toldos de lona, su punto de ventas. Allí expenden hasta «que no haya clientes», descansan por turnos «para vigilar la mercancía» y reabren el miércoles a las 5:00 am «hasta que se acabe todo». Las granadas encargadas por una compradora a Sánchez llegarán la próxima semana cuando el mercadito nocturno vuelva a instalarse.