“Para mí, y para la familia, es un dolor muy fuerte, pero sólo Dios sabe por qué decidió llevarse a su lado a Aytor”. De esa manera y con un profundo sentimiento de tristeza, Magali Silva despidió ayer a su hijo, el sargento mayor de segunda Aytor César Contreras Silva, de 24 años, víctima del accidente aéreo.
“Fue un muchacho lleno de fuerza y sabiduría, con ganas de surgir en la vida y dar todo por el país. Siempre quiso llegar lejos en la Guardia Nacional y lo logró, murió cuidando las fronteras venezolanas”, agregó la progenitora.
Al acto del sepelio, que tuvo lugar en el cementerio municipal de Sinamaica, municipio Guajira, asistieron el general de división Julio Alberto Yépez Castro, jefe del Core 3, y el jefe militar de la subregion Guajira, teniente coronel Arturo José Olivar Moreno, comandante del Destacamento de Frontera número 31 de la Guardia Nacional.
“Rendimos honores al sargento Contreras, rendimos honores a los 10 héroes de la frontera. ¡Qué vivan entre nosotros! La institución GNB se encuentra de luto y estamos consternado ante lo sucedido, enviamos palabras de condolencias a familiares”, expresó Yépez Castro.
En representación de los compañeros de promoción, el sargento Mayor de segunda Wilferson Arocha extendió un mensaje de confraternidad frente al ataúd.
“Nos encontramos presente para despedir a un amigo, a un hermano para muchos… No puede llamarse muerto, quien haya luchado por la patria, la que juramos defender aún cuando nos cueste la vida”, señaló el compañero de la víctima.
Con voz entrecortada, Arocha también manifestó a sus familiares que el guardia nacional Contreras Silva vivirá por siempre en los corazones y mentes de sus compañeros de armas.
El general Yépez durante el homenaje, colocó la bandera de la República Bolivariana de Venezuela en el ataúd.
Aytor César Contreras Silva era soltero, no tuvo hijo y egresó de la escuela de la GNB el pasado 10 de diciembre del 2009. Era oriundo de Sinamaica, fue ascendido la tarde del pasado domingo, en la ciudad de Caracas a sargento mayor primera.
En un emotivo acto de solidaridad y de tristeza el pueblo de la Guajira se unió para darle cristiana sepultura al sargento.
Familiares, compañeros de promoción y sus seres queridos rindieron honores y lo despidieron con el mayor de los afectos.