Las imágenes de los penales Cordillera y Punta Peuco, en las afueras de Santiago, fueron mostradas por primera vez por la Televisión Nacional de Chile la noche del miércoles, tras ser grabadas por diputados opositores que ingresaron a ellas en febrero.
El reportaje muestra las cómodas dependencias que albergan a ex militares condenados por violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990), que dejó un saldo de más de 3.000 víctimas.
En la cárcel Cordillera, donde cumplen condenas 10 ex represores, los internos viven en cabañas con baños y acceso a televisores y agua caliente. En Punta Peuco, en tanto, 48 ex militares están recluidos en celdas individuales con acceso a canchas sintéticas de fútbol y tenis.
Las comodidades contrastan con la situación del resto de reos comunes en cárceles que tienen un 70% de hacinamiento, en condiciones calificadas como “inhumanas” por el presidente Sebastián Piñera en diciembre pasado, tras un incendio que mató a 81 reclusos en la poblada cárcel de San Miguel, en Santiago.
“No me parece normal (la diferencia), pero me llama la atención que 15 años después nos sorprendamos de la disparidad o de la diferencia abismal que existe entre uno y otro tipo de penal”, comentó este jueves el ministro de Justicia, Felipe Bulnes, a radio Cooperativa.
Bulnes hizo mención al “arreglo institucional” pactado en 1995 para construir los penales de Punta Peuco y Cordillera, en momentos en que Pinochet todavía estaba al frente del Ejército.
“No voy a otorgarle ningún beneficio especial a los militares más allá de lo que la institucionalidad prevea, ni tampoco los voy a humillar ni voy a hacer ningún plan especial. Lo que sí me voy a preocupar es de mejorar las condiciones carcelarias del resto de la población penal”, insistió.