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Presos venezolanos, pranes 2.0

    Acceso a Internet, uso de celulares, entre ellos smartphones y obviamente BlackBerry, cuentas en Facebook y plena interacción con sus contactos, y los contactos de sus contactos

La cultura de la web 2.0 llegó y se estableció en las prisiones venezolanas, aunque no como una alternativa para estimular la educación y fomentar habilidades entre los privados de libertad.
El uso de esas tecnologías está abiertamente relacionado con los delitos que se cometen fuera de las prisiones y que tienen en muchos casos a los «pranes» como hilos conductores de secuestros, extorsiones y cobros de vacunas, entre otros oprobiosos delitos.
En los últimos días quedamos conmocionados y encandilados por el estupor que causó ver a esos hombres con fusiles AK-47, entre otro armamento de guerra. Sin dudas, genera temor colectivo por la ineficiencia y flacidez de los controles policiales.
Pero eso no es lo peor. Resulta igualmente peligroso que se reconozca que en nuestras cárceles se haya permitido la construcción de un engranaje perfecto para cometer delitos informáticos. Me atrevo a decir que es incluso más peligroso para los ciudadanos ese tipo de ilegalidades que la ya asombrosa dotación de armamento de los reclusos.
Con Internet y un acceso pleno a la vida social de millones de venezolanos, les damos a las mafias suficientes ventajas para organizar sus delitos. Si usted, por ejemplo, colocó su carro en venta en un sitio de Internet, o quiere alquilar o vender su apartamento, está ofreciendo esa información a muchas mafias. Si adicionalmente coloca su perfil en Facebook u otra red social, dará más detalles personales, y si cometió el error de no deshabilitar las opciones de localización de su espacio en esa red social, podría darles a muchos delincuente suficientes datos para ser su víctima.
No se trata de generar miedo colectivo. Simplemente se deben evitar al máximo los descuidos. No todas las personas que conocemos son amigas; no todo el que te pide ser aceptado en Facebook lo hace con buenas intenciones.
El cuidado debe ser extremo. No podemos generalizar, pero tampoco podemos ser incautos y permisivos. En Venezuela somos por lo menos 7 millones de personas con cuentas en Facebook, unos 2 millones en Twitter y una misma cantidad de usuarios de BlackBerry. En pocas palabras, son muchas las personas vinculadas a las redes sociales y es casi imposible que, al no tomar las medidas, seamos víctimas de una acción delictiva.
No vivimos en un país donde la información abundante de nuestra vida social sea anecdótica o interesante. En Venezuela, ofrecer demasiados datos personales es casi una sentencia.
Heberto E. Alvarado
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Presos venezolanos, pranes 2.0 was last modified: julio 24th, 2011 by
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