Durante el 2015 el CICPC registró dos mil 865 denuncias de robo y hurto de vehículos en la región, promediando así 7,8 casos al día. Maracaibo encabeza las estadísticas, seguida por Jesús Enrique Lossada y La Cañada
Foto: Achivo
Las bandas de robo y hurto de vehículos hicieron fiesta en 2015. Sus líderes se aliaron con los prames de los retenes para cuadrar el cobro de las vacunas y los rescates de los carros e hicieron partícipes en el negocio a los dueños de chiveras. Se concentraron en los municipios Maracaibo, La Cañada de Urdaneta y Jesús Enrique Lossada para buscar Mitsubishi, las marcas Toyota y Ford en todos sus modelos, Malibú, camionetas Silverado y camiones Tritón.
La División de Robo y Hurto de Vehículo de la Policía científica abrió dos mil 865 expedientes, mil 949 por robo y 916 por hurto. En sus investigaciones, recuperaron 800 carros, ultimaron a 120 presuntos vándalos y desarticularon 59 bandas, entre ellas la de Los Meleán, El Manga, El Gordo Julio, El Gocho, El Gusano y El Calendario.
Los detectives reconocen que el trabajo no es fácil. Un porcentaje alto de las víctimas no denuncia, prefieren negociar con los ladrones, financiar las bandas y hasta arriesgar sus vidas en el pago de algún rescate.
«El llamado es a confiar. Tenemos estrategias, conocemos el modus operandi y atacamos acertadamente a las bandas. Confiamos en bajar los índices. En 2015 tuvimos resultados positivos y significativos», acotó uno de los investigadores.
Según los registros de la Policía científica, el promedio de robos diarios es de ocho automóviles. En diciembre, atendieron 122 denuncias por robo y 62 por hurto. En Maracaibo las parroquias más peligrosas son: Antonio Borjas Romero, Olegario Villalobos, Coquivacoa, Raúl Leoni y Chiquinquirá.
El temor
«Estaba frente a mi casa en la zona norte. Me llegaron tres hombres armados. Estos se desembarcaron de un carro tipo Optra negro. Qué me iba a imaginar que allí iban unos criminales. Me apuntaron, me bajaron de la camioneta dorada, uno de ellos se subió en ella y se la llevaron con rumbo desconocido. Además me arrebataron mi cartera y mi teléfono celular, marca Samsung», recordó la víctima.
La dama, de apellido Mavárez, recordó que en cuestión de segundos la despojaron de su Kia Sportage. Su camioneta la recuperó la Policía científica días después. «Es cuestión de suerte. Tengo amigos a quienes también les quitaron los carros, denunciaron y nunca los recuperaron y eso que tenían sistema de rastreo satelital».
Los delincuentes seleccionan y estudian a su víctima antes de atacar, muchos actúan por encargos de piezas o vehículos. Se distribuyen por zona. El cabecilla de una banda, selecciona, preferiblemente, soldados que conozcan la geografía del sector en el que operan, para así tener mayor efectividad de fuga al momento de robar un automotor y posteriormente esconder la unidad en el menor tiempo posible. La prudencia se convierte en factor clave al momento de estacionar el carro.
Van por piezas a los mall
Los delincuentes acuden a los centros comerciales y a los supermercados para robar, hurtar y desvalijar carros. Los estacionamientos de los mall de la avenida La Limpia y la avenida Guajira son los más peligrosos. Unas bandas se dedican a hurtar baterías; otras se llevan los emblemas y los nombres de los vehículos, los retrovisores, los cauchos y una que otra pieza. El delito nunca queda grabado. Se investiga complicidad con los trabajadores.
Cifras
31 denuncias por robo de motocicletas atendieron en la comandancia policial.
800 vehículos, entre carros, camionetas y motos recuperó la División de Robo y Hurto en 2015.
240 detenidos procesaron por este delito durante 12 meses.
45 veces se enfrentaron a delincuentes contra los detectives de la Policía científica.
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