Los competidores, máquinas que miden hasta 44 centímetros de alto, altura que alcanza la más grande, pueden contar con la ayuda de humanos para cambiarles las baterías o un micromotor, o para levantarlos del piso si sufren caídas.
Con una misión más promocional que tecnológica, este evento está organizado por una pequeña empresa de robótica nipona afincada en la región de Osaka, contando con el patrocinio de las autoridades locales.
Los aficionados de espectáculos deportivos largos podrán seguir en directo a través de Internet la evolución de la carrera de los androides, que probablemente se adelantarán en la línea recta del circuito o se zancadillearan accidentalmente en las curvas.