«Creo que este tipo de situaciones deberían estar fuera del fútbol y de cualquier deporte. Mis compañeros y el equipo de Serbia también pasaron mucho miedo. Además, en las gradas había muchos niños y no es bueno que vean cosas así», agregó.
«Los futbolistas queremos vivir en un ambiente de paz y feliz en el que podamos dar un buen rendimiento de juego. Se trata de animar a tu equipo, pero siempre respetando las reglas», indicó.
Sobre las posibles sanciones que pueden producirse, dijo que todavía no saben si les van a dar el partido por ganado o si van a tener que jugarlo.
«Expulsar a Serbia de la Eurocopa sería un castigo excesivo para los jugadores serbios, que no tienen ninguna culpa y que lo único que pretendían era jugar por el bien del espectáculo», señaló.