El encuentro coronó con el título un equipo que mostró un gran nivel y solidez en todas sus líneas.
Rusia llegó a la final como el equipo más regular de la competición, sin haber sufrido en demasía en alguno de sus juegos. En la semifinal, vencieron 7-3 a El Salvador, la revelación del torneo. Llegaron a posicionarse como el mejor ataque, con 32 goles anotados, y también la mejor defensa, con tan sólo 13 goles en contra.
El equipo ruso supo encontrar un estilo perfecto de juego para destruir el habilidoso juego de Brasil y alzarse por primera vez en su historia con una Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA.
El primer periodo Rusia terminó con ventaja de un gol, con un inicio mucho mejor que los brasileños, quienes al final reaccionaron y disminuyeron la desventaja. El juego se definió en el segundo periodo, cuando en un increíble momento de inspiración Rusia anotó 4 goles en menos de dos minutos, dejando el marcador 9-4 que se antojaba difícil de revertir.