«La realidad de la Región Metropolitana ha sido un poco mentirosa, porque tenemos mucho más daño de lo que aparentemente tuvimos en un primer momento», aseguró Echeverría a la prensa.
Según la autoridad, unas 41.000 personas resultaron damnificadas y unas 1.700 familias perdieron la casa en esta parte del país tras el siniestro. Echeverría contabilizó además 181 colegios inutilizables y un hospital clausurado.
La zona central y sur de Chile fue golpeada el 27 de febrero por un potente terremoto de magnitud 8.8, al que le siguió un maremoto que destruyó varias ciudades portuarias sureñas. Las réplicas, que continúan hasta la fecha, mantienen a la población en zozobra.
ig