Qué difícil se le hace a algunos personajes de la política venezolana admitir que están equivocadas. El Defensor del Pueblo (en el papel), Tareck William Saab, prefirió interrumpir con preguntas la entrevista que se llevaba a cargo, para no afrontar la lluvia de cuestionamientos que le llegaban de golpe por parte del periodista Vladimir Villegas.
Aprovechando el retraso de Saab (quien seguro venía escuchando y mayor sorpresa se habrá llevado), Villegas arrancó con una editorial que pone en duda la sentencia del TSJ para admitir a personas con doble nacionalidad para ocupar cargos públicos
“¿Por qué el TSJ asocia este caso, de aparente simple resolución por la vía de reivindicar el derecho de la infante a obtener su pasaporte venezolano, dada su condición de venezolana por nacimiento, a la prevalencia de la nacionalidad venezolana por encima de otras a la hora de que alguien ejerza un cargo público, y le da carácter vinculante a la referida decisión?”,
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“¿Por qué el TSJ asocia este caso, de aparente simple resolución por la vía de reivindicar el derecho de la infante a obtener su pasaporte venezolano, dada su condición de venezolana por nacimiento, a la prevalencia de la nacionalidad venezolana por encima de otras a la hora de que alguien ejerza un cargo público, y le da carácter vinculante a la referida decisión?”, preguntó.
“¿Cómo no asociar esta sentencia a la situación planteada por algunos sectores con respecto a la nacionalidad del actual Jefe del Estado? Es obvio que vista la hipersensibilidad existente en torno a ese tema la referida sentencia reaviva la polémica, la coloca en el tapete, sobre todo en un momento como el actual donde los números de las diversas empresas dedicadas a la investigación del comportamiento de la opinión pública evidencian el alto rechazo a la gestión del Primer Mandatario”, continuó.
Llegó Tareck y la que se armó
Después de pedazo de editorial, se imaginarán la cara (y actitud) que habrá tenido el Defensor a la hora de tomar su lugar.
Después de haber admitido que funcionarios públicos “bachaqueaban” medicamentos, se abordó el tema de los derechos humanos. ¡Y comenzó el toma y dame!
Villegas le sacó en cara que en su juventud el también manifestaba y protestó que el Gobierno no permita estas actividades. Cómo no, Saab aplicó el casette y basó su discurso en las manifestaciones que terminan derrocando gobiernos. Luego quiso defender los DDHH de los agentes policiales, pero no dejó preguntar por los derechos violentados a los manifestantes.
Para ser un entrevistado, hace DEMASIADAS preguntas. Sospechoso.
