El objetivo de este juego es que ellos aprendan a controlar las emociones que generan sus patologías, tales como el aburrimiento, la ira o el enojo. El juego se llama Island y consiste en lograr salir de una isla, pero no en un tiempo limitado, pues el poder ganar el videojuego consistirá en saber controlar los impulsos y reaccionar con serenidad ante una situación de estrés. Por ejemplo, hay una prueba en la que se debe bucear en el mar.
Una barra de oxígeno aparece y este irá bajando a medida que la persona se estrese o intente pasar la prueba rápidamente. Si el paciente agota el oxígeno, debe ir a una zona de relajación en donde tiene que respirar profundo y dibujar una constelación. Sólo después de eso podrá seguir con el juego.
Es primera vez que se utiliza una nueva tecnología como complemento de una terapia psicológica. Esta terapia dura cuatro meses y antes de la sesión semanal con el psicólogo, se juega el Island entre 20 y 30 minutos. Durante el juego, una serie de biosensores registra distintas reacciones como los movimientos faciales, la voz y las pulsaciones. Están demostrando que el Island influye positivamente en el estado emocional del paciente.