No obstante, en la mayoría de Estados islámicos, de Indonesia a Egipto o Arabia Saudí, el Ramadán no arrancará hasta mañana debido a que el viernes no hubo todavía Luna nueva.
En la mayoría de Estados islámicos, la fecha del primer y el último día de ayuno se guía por la Luna nueva, mientras que en otros las fechas se fijan con anterioridad siguiendo unos cálculos astronómicos.
Los musulmanes devotos no prueban comida ni bebida desde el amanecer hasta el anochecer, cuando toda la familia se reúne para celebrar la ruptura del ayuno o “iftar”. Durante el ayuno también está prohibido fumar o mantener relaciones sexuales.
El comienzo del Ramadán se retrasa cada año aproximadamente dos semanas. En el caso de que, como en 2014, coincida con el verano, resulta especialmente duro cumplir el ayuno para los musulmanes de la península arábiga y África, ya que los días son más largos y calurosos.