En los mercados populares de la ciudad se pisa el acelerador en la venta a más de Bs. 250. Consumidores pagan mil 300 bolívares por más de cuatro kilos de carne de ave y Bs. 400 por la pechuga. Buscar la alternativa en enlatados resulta costosa.
La Sundde acordó el precio del pollo beneficiado, pero en los negocios el cobro es otro. De 65 bolívares, decretado en febrero, aumentó a más de 250 bolívares el kilo. Cuatro meses después de la publicación de la lista de precios -y sin modificación de la resolución- se disparó en 284 por ciento. Las familias no solo se enfrentan a la inflación sino a la escasez del rubro.
De acuerdo con el precio máximo de venta del producto hay cinco presentaciones y cortes: pechuga con y sin hueso a Bs. 125,38 y Bs. 185,91; muslo con y sin hueso a Bs. 80,87 y Bs. 90,42; alas a Bs. 71,38 el kilo y pescuezo y chuletas a 17,38 y 76,37 bolívares.
La Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos ordenó en las disposiciones de la resolución que podrán vender a precios inferiores e iguales, “pero ningún caso a precios superiores, garantizando la proporcionalidad de los márgenes de ganancias en los diferentes eslabones de la cadena de comercialización”.
Francisco Perozo, comprador, lamentó el incumplimiento de la normativa. En los mercados populares un kilo de pechuga supera los 400 bolívares el kilo. “Y cuando se consigue muslo es casi igual el precio. Están caros”. En Santa Rosalia desapareció el rubro. Las neveras estaban vacías.
Ir a Las Pulgas para abastecerse es salir volando por los “aumentos de precios”, aseguró Perozo. “El kilo de pollo pasa los 250 bolívares y en las bodegas ni se puede comprar. Hasta el queso está en 700 bolívares y el cartón de huevo a 500”.
Joselyn Romero salió de su trabajo y corrió al mercado a buscar los ingredientes para garantizar el almuerzo para su hijo. Coincidió con los datos del INE, en el que 80 por ciento de los hogares consume pollo. “Vine a buscar, pero lo que hay es atún en lata en los negocios”. Pagó 575 bolívares por dos latas pequeñas y un kilo de arroz blanco.
A Romero ya no le sorprenden los gastos en comida. La semana pasada sintió la variación en los precios. “Dos pollos que pesaban más de dos kilos cada uno fueron mil 300 bolívares. El vendedor dijo que el kilo era a 260 bolívares”.
Las empresas avícolas, productoras de pollos de engorde para consumo humano, están en crisis. Un productor, socio de Agranzu, señaló que la falta de alimento concentrado, con materia prima importada de Canadá, EEUU y Paraguay, y el alza en los costos de producción frena responder a la demanda de consumo. En las neveras de pequeños negocios desaparece la exhibición del pollo beneficiado.
fuente.laverdad