La tecnología se ha desarrollado en todos los ámbitos, no se limita solo a los teléfonos celulares y aparatos electrónicos, también ha permitido el estudio de los alimentos así como generar formas de mejorar los cultivos.
Los alimentos genéricamente modificados, o transgénicos como también se los conoce, son fuente de un intenso debate, hay personas que se oponen rotundamente y hay otras que creen que es una forma de mejorar los alimentos.
Hasta hace un tiempo atrás la selección de aquellos cultivos o animales «deseables» por sus características se hacía de forma selectiva intentando reproducir estas plantas o animales de forma natural, pero desde hace unos años la ingeniería genética juega una parte importante en esta selección artificial.
Ya son varios los países que reglamentaron el tema de etiquetado de los productos transgénicos, cabe destacar que la modificación genética es sólo una técnica, y el etiquetado generalmente no contempla cómo se modificó, simplemente contempla que fue modificado.
Más allá del tema científico y la manipulación de los alimentos está en cada uno decidir si consumir o no este tipo de productos, pero para decidir primero debemos conocer a qué nos exponemos.
Consecuencias para la salud desconocidas
Si bien a corto plazo la modificación de los organismos puede producir la mejora de los cultivos y alimentos a largo plazo no se sabe que puede producir la alteración de los genomas.
Por ejemplo pueden llevar a producir alergia o resistencia de bacterias a los antibióticos.
Las plantas genéricamente modificadas requieren de más químicos
Los organismos genéricamente modificados requieren grandes cantidades de pesticidas, herbicidas y fungicidas.
Productos que afectan la salud de las personas que los aplican, así como de aquellas que están expuestos a ellos ya sea en el momento de la aplicación o por no lavar bien los alimentos antes de consumirlos.
No está probado que sean seguros
No se ha demostrado rotundamente que los organismos genéricamente modificados sean 100% seguros para la salud, así que está en cada uno decidir si consumirlos o no.
Fuente: El gran chef