El desastre añade combustible a inflación en bienes agrícolas

    Las lluvias y las inundaciones afectan a los agricultores, que hasta el momento han señalado la pérdida de cultivos de plátano, hortalizas, cacao y ocumo en once estados del país, una situación que mermará una producción que ya es escasa para impedir el alza constante de los precios.

Las estadísticas del Banco Central registran que entre enero y noviembre de este año los productos agrícolas se han encarecido 51,3%, golpeando con mayor fuerza a las familias de menos recursos que destinan más de la mitad del salario a la alimentación.

Si bien el Gobierno tiene a mano la posibilidad de incrementar las importaciones para aumentar la oferta hay que tomar en cuenta que en los últimos años ha tratado de aplicar esta solución para contener la inflación y no ha tenido éxito.

Más allá de la coyuntura, el precio de los bienes agrícolas refleja fallas en la política que se ha implementado en el campo venezolano.

Más que créditos
Decidido a convertir a Venezuela en una «potencia agrícola», la administración de Hugo Chávez, al igual que gobiernos anteriores, obliga a la banca a entregarle al sector una porción muy importante de los créditos, pero al contrastar la magnitud de los bolívares inyectados y la producción, queda claro que el campo necesita mucho más que financiamiento barato.

Este año el sistema financiero le entregará al agro 25 de cada 100 bolívares destinados al crédito y las estadísticas de la Superintendencia de Bancos precisan que entre agosto de 2005 y agosto de 2010 el total inyectado asciende a 22 mil 481 millones de bolívares, una magnitud que de acuerdo al tipo de cambio oficial de cada período representa 10 mil 163 millones de dólares; es decir, 36% de las reservas internacionales.

La respuesta no ha sido la esperada. Entre 2004-2008 la producción agrícola privada creció a un promedio de 3,7% al año. Entre 2009 y 2010 el BCV no aporta datos precisos porque mezcla el PIB agrícola privado con el de restaurantes y hoteles, no obstante, puede observarse que en los últimos cuatro trimestres este indicador registra caídas consecutivas.

Podría argumentarse que las tierras que maneja el sector público sí han incrementado de una manera importante la producción, pero el precio de los alimentos y las crecientes importaciones, que se han duplicado desde 2004 de acuerdo con datos del Banco Central, indican que este no es el caso.

A reestructurar
La Asociación Bancaria discutió el pasado martes la necesidad de reestructurar los créditos de los agricultores afectados y existió «total disposición».

Edgar Hernández Behrens, superintendente de bancos, afirmó que la banca pública tomará la misma medida.